Más de cien científicos de todo el mundo han acudido a un simposio de tres días sobre el monte Ararat y el Arca de Noé en Turquía para ver si pueden encontrar el lugar exacto donde se encuentran sus restos.
“Mi propósito es visitar sitios alrededor de la montaña para encontrar pruebas sobre eventos catastróficos sucedidos en el pasado”, dice el profesor Raul Esperante del Instituto de Investigación de Geociencia.
En 2010, un grupo de exploradores evangélicos chinos y turcos, iniciaron una expedición en la zona y encontraron lo que serían restos de la nave. Después de varias semanas de investigaciones hallaron trozos de madera de una estructura similar a la del arca a una altura de 4.000 metros, en el monte de Ararat, tal y como señala la Biblia.
El equipo alegó que había realizado una datación por carbono para calcular de qué época era esa madera y se demostró que tenía más de 4.800 años, lo que coincidiría con la época en la que el arca estuvo a flote.
El profesor Esperante está convencido de que los resultados de esta investigación son verdad por lo que requiere “un riguroso y más serio trabajo científico” en la zona, según el diario Express.
“El resultado de mis hallazgos se publicará en libros y periódicos, pero de momento es demasiado pronto para saber lo que vamos a encontrar.”, ha dicho.
Aunque una gran parte de la comunidad científica está convencida de que estos hallazgos les llevarán a encontrar los restos del arca, hay otros científicos, como el doctor Andrew Snelling que dicen que el Arca de Noé no puede estar en el monte Ararat porque la montaña no se formó hasta que el nivel del agua acumulada tras el diluvio bajó.
Aunque se considera un evento histórico, la mayoría de los eruditos y arqueólogos no creen en una interpretación literal de la historia del Arca de Noé.