Travis Warner, un empresario texano de tecnología se llevó un susto al recibir una factura de 56.000 dólares por un test de antígenos y una PCR que se hizo en una clínica durante la pandemia de coronavirus. Para demostrar que no se lo había inventado colgó el documento con todos los cargos desglosados.
El negocio de Warner tuvo tanta demanda durante el confinamiento y el teletrabajo que cada día sus empleados entraban en contacto con decenas de personas. Uno de los trabajadores de su empresa se contagió por coronavirus y él y su esposa acudieron a un centro privado para descartar que también estuvieran infectados.
A los pocos días llegó el alivio con los resultados: Tanto él como su mujer habían dado negativo, pero el alegrón les duró poco al revisar la factura médica por ambas pruebas. El cargo por la PCR y antígenos era de 54.000 dólares, que sumados a otros cargos del hospital totalizaban ¡56.384 dólares!, según ha publicado USAToday.
Travis Warner al ver el exagerado precio en su factura y en particular después de compararlo con el de su esposa -que se realizó los mismos tests, el mismo día y en el mismo lugar, pero recibió una factura de 2.000 dólares- decidió hacer algo al respecto.
Luego de numerosas llamadas telefónicas a la clínica y luego de una espera que duró meses, recibió un correo de su aseguradora que le afirmaba que habían auditado la factura y habían recuperado casi todo el dinero que habían tenido que pagar por los tests.
El centro de emergencias SignatureCare Emergency Centers, responsable de la exagerada factura no hizo comentarios sobre este caso aunque, explicó que tienen un margen de error del 2% a la hora de facturar y que, debido a la pandemia, este último año habían recibido una “demanda sin precedentes” y procesaban miles de operaciones por día; adjudicando el asunto a un error involuntario.
Ahora, en su página web publican que el coste del test de COVID-19 cuesta 175 dólares, una cantidad ligeramente menor que le quisieron cobrar a Warner.
La exagerada factura de PCR que recibió Warner de 54.000 dólares es casi ocho veces más alta que el cargo que hasta ahora se había reportado, de 7.000 dólares. Los expertos en políticas de salud que lo entrevistaron calificaron la factura de Warner de “astronómica” y “una de las más indignantes” que habían visto.
Sin embargo, es perfectamente legal. Para las pruebas de covid, como muchas otras cosas en la atención médica estadounidense, no hay límite para lo que los proveedores pueden cobrar, explicó Loren Adler, directora asociada de la USC-Brookings Schaeffer Initiative for Health Policy.