El pasado sábado 7 de julio tuvo lugar en Madrid el ya tradicional desfile del Orgullo. Este año era más especial, si cabe, ya que se celebraba el 40 aniversario de la primera manifestación en Madrid por los derechos del colectivo LGTB+. ¡Y para nosotras también iba a ser un día muy especial! La marca de preservativos Control nos había invitado a celebrar un día tan importante desde su carroza... ¡y nos moríamos de ganas de vivir un Orgullo "desde dentro"!
Sinceramente, fue un alegrón que nos invitaran, porque, siendo nosotras cis-heteras (vamos, que no pertenecemos al colectivo ni de rebote, aunque, por supuesto, apoyamos su lucha y siempre hemos celebrado este día con las personas LGTB+) teníamos un poquito de complejo de apropiación, aunque se te pasa enseguida cuando entiendes que el día del desfile es una fiesta para todos: para reivindicar derechos y para celebrar la diversidad todos juntos.
Nuestra aventura arrancó el sábado a las 17:30 en Méndez Álvaro. Armadas hasta arriba de colorines y de glitter, nos acercamos a nuestra carroza para recoger la pulsera (es como los festivales, te dan una rosa para tenerte identificado) que nos permitiría el acceso a la carroza y para conocer a nuestros compañeros. Se nos saltaron las lágrimas al comprobar dos detalles que nos hicieron respirar aliviadas: 1) la carroza tenía techo (muy importante en una tarde de verano en Madrid) y 2) tenía baño (que, al fin y al cabo, en el desfile del Orgullo se bebe).
Nuestra carroza era la segunda del desfile, lo cual molaba bastante porque salíamos pronto y terminábamos pronto. Tenía TODO lo que se le puede pedir a una buena fiesta: mucha gente maja, musicón, ganas de pasarlo bien y... ¡barreños llenos de cerveza y tinto de verano! Bueno, y pistolas de agua. DEMASIADAS pistolas de agua. No estuvimos secas ni un solo minuto. La guerra de agua entre miembros de la carroza y contra el público asistente al desfile era continua.
Y sí, como en toda buena carroza que se precie, nosotros también tuvimos a nuestra celebrity embajadoracelebrity de la carroza: ¡María Isabel! Y sí, por supuesto, sonó su hit ‘Antes muerta que sencilla’.
Nos lo pasamos genial. No solo nos divertimos a tope y conocimos a mucha gente, también nos emocionamos al ver a tantísima gente junta en las calles de Madrid (en puntos como Neptuno o Cibeles se te perdía la vista con la cantidad de gente que había) que rebosaban felicidad. Ese era el sentimiento que más se repetía en esta fiesta: el de felicidad, el de alegría. Porque poder ser quien realmente eres, con orgullo, genera felicidad. Y la felicidad es la bandera de este colectivo, que contrarresta la cantidad de odio a la que se tienen que enfrentar durante todo el año.
¡Nos sentimos superafortunadas por haber podido participar en una fiesta como esta! ¡Gracias al colectivo por aceptarnos en su celebración, gracias a Madrid por esta semana de Orgullo y gracias a Control y Cogam por haber cumplido nuestro deseo!