“Tiene nombres mil, el miembro viril”. La ilusión que nos hace empezar este artículo con la tonadilla de Leonardo Dantés no tiene precio, y más si es para traer al tablero de discusión un asunto que ha preocupado a casi todos los hombres con un pene entre las piernas (aparte del tipo que tengas, o de lo sensible que sea). Hablamos, claro, del tamaño, centímetros o pulgadas, y ese gesto un poco ridículo que todos los tipos corrientes y molientes preocupados con el tamaño de su miembro hacen con los dedos, la L, para saber si su pene está o no dentro de la media, y si es momento de tirarse desde un cuarto piso o aceptar la realidad.
Los nuevos datos sobre las medidas estándar del miembro viril provienen de un estudio realizado por el doctor David Veale, con el objeto de crear una suerte de ‘unidad de medida’ para el tamaño de los penes mundiales, por razas y territorios. Mitos que salen por la ventana y certezas que entran para tranquilizar a los ‘machos’ y a esos centímetros mínimos aceptados por consenso. Hasta ahora, eran 15.
Este nuevo estudio del King College of London y la NHS Foundation resta autoridad a esa medida, y sitúan el tamaño estándar casi dos centímetros por debajo. La muestra para encontrar por fin la medida entre las medidas, el 'pene mainstream', se tomó entre 15.000 hombres, a lo largo de más de 16 estudios distintos, con predominio de los orientales y los caucásicos. La única contrapartida a estos datos es que el estudio no ofrece conclusiones sobre las diferencias de tamaño entre las diferentes razas. Al no existir revisión, no puede completarse el gráfico con una comparativa a nivel mundial entre penes erectos y en reposo por diferentes razas, edades y territorios.
Los investigadores establecieron el nuevo tamaño medio del pene erecto en 13,2 cm; y apenas 9 para el estado de reposo, borrando de la faz de la tierra la medida comúnmente aceptada de los 15 cm. Por suerte, muchos hombres ya pueden dejar de preocuparse y apretar los dientes por no ser parte activa de ese falso mito.
Para aquellos preocupados por la longitud, buenas o malas noticias, según se mire. El estudio también clarifica la importancia de ciertos factores en el placer sexual: el grosor toma la delantera y se lleva todos los aplausos en la cama. Pierde importancia la longitud, un factor mucho menos determinante en el placer del encuentro sexual. Según el doctor Veale y su equipo, la circunferencia para el pene erecto está en 11,5 cm; 9,3 en reposo.
Si quieres ayudarte de objetos para saber si lo tuyo es un pene de manual, bien medido y ejecutado, puedes sacar de tu abultada cartera un billete de cinco euros (12 cm) y otro de 50 (14 cm). Te recomendamos no sacarte el pene delante de ningún ser querido y en ningún lugar público, como un restaurante o la cola del banco, para realizar tu medición. Si lo mides, mejor que nadie pueda acusarte de hacer brujería con billetes o de escándalo público.
Otra de las leyendas urbanas que ha sido desmentida por los investigadores del estudio es la que correlaciona la altura de los hombres con el tamaño de su pene. La famosa L invertida que predican algunos hombres achaparrados para, comillas imaginarias, dar a entender que lo que tienen entre las piernas es una auténtica catapulta. Ese "a más bajito, más gruesa la tienes", ya no tiene fundamento científico ninguno. Lo cuenta The British Journal of Urology Internacional en una investigación realizada hace muy poco. Sus investigadores encontraron una correlación directa entre altura y tamaño del miembro en erección. Minipunto para los altos, que pueden respirar tranquilos.
El doctor Veale ha remarcado la labor pedagógica y social que su estudio podría tener para la tranquilidad de muchos varones que creían falsamente que su pene ‘no daba la talla’. “Pensamos que estos datos van a ayudar a los doctores a aportar tranquilidad a muchísimos hombres y hacerles conscientes de que el tamaño de su miembro es perfectamente normal”
Las conclusiones de los investigadores a su cargo, creen los responsables del estudio, pueden ayudar a muchos hombres que estén preocupados por su tamaño y se angustien tanto que acaben convirtiéndolo en el centro de su vida de pareja o desarrollen dismorfia corporal; un trastorno puede afectar severamente a la percepción que tienen de sí mismos.