Italia lanza un spot para concienciar de las posibles consecuencias del desfase en la desescalada
El anuncio alterna imágenes de jóvenes de fiesta con pacientes en la UCI
En todo el mundo, los incívicos parecen haber olvidado del virus
Noche del sábado en Turín y, como ocurre en España, terrazas a rebosar de gente con muchas ganas de divertirse y dar portazo al confinamiento. Es la primera noche de reapertura del locales y bares y restaurantes. Pocas mascarillas y escasa distancia social.
A las autoridades italianas les preocupa que la vuelta a la vida social origine un rebrote de contagios. Para concienciar sobre lo peligrosas que son estas actitudes, han lanzado una impactante campaña para dejar claro que sí nos relajamos con las medidas de seguridad puede ocurrir lo peor.
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El vídeo presenta numerosos jóvenes en bares y terrazas saltándose la distancia social sin mascarilla, manteniendo contacto durante sus encuentros con amigos y a continuación muestra la crudeza de las situaciones por las que han pasado los pacientes de coronavirus.
“Un saludo demasiado afectuoso, una sonrisa inocente... todo se detendrá de nuevo”, nos advierte el spot lanzado por la Liga Norte en la región del Véneto, una de las zonas más afectadas por el coronavirus, cuestionando la hora feliz en los bares. Porque pasar de fase no tendría que ser desfasar.
El gobierno italiano va a reclutar a 60.000 voluntarios para que vigilen que no se producen aglomeraciones en las calles, en los parques o en las playas. Los llamados “asistentes cívicos” van estar coordinados por Protección Civil. Estarán directamente al servicio de los ayuntamientos y se espera que sean los parados que reciben algún tipo de ayuda social.
'Desfase' en España
Escenas similares a las que nos llegan desde Italia, desgraciadamente se producen cada fín de semana en España. En la zona de La Marina de Valencia, tanto el paseo como los locales estaban tan llenos y con tan poca seguridad que parecen imágenes del verano pasado. Un vídeo viral de 17 segundos ha desatado la polémica.
Los hosteleros que trajinan por ese paseo dicen que no pueden hacer más. “Podemos poner todos los vigilantes y todas las medidas que se nos pidan, pero si lo hago y las personas no hacen por cumplir, pues esto es complicado”, comenta uno de los propietarios. Piden responsabilidad a la clientela, pero ya se ha abierto expediente a 10 locales.
También, en Barcelona, una verbena se despliega rápido en la calle, con guirnaldas música y demasiada gente. En Madrid, fiestas ruidosas, pequeñas pero ilegales, con más de 400 denuncias, porque aún no hemos vuelto, ni mucho menos a la normalidad, aunque alguno sí se lo parezca.
El avance en las fases está suponiendo además, el resurgir de conflictos aletargados durante el confinamiento, como unos disturbios en Barcelona frente a una casa ocupa, o la pelea que se montó en Asturias tras un accidente de tráfico.