La histórica mansión Galloway de Maryland, Estados Unidos, construida en 1764 tiene nuevos dueños y nueva ubicación.
La mansión, construida hace más de 250 años, fue un regalo de bodas de la Chamberlaine para Henrietta Maria Chamberlaine y William Nicols. Su nuevo dueño, Christian Neeley se enamoró de la casa que llevaba varios años en estado de abandono y la compró. Al parecer, no le gustaba la localización de su nueva adquisición y decidió trasladarla hasta una finca rodeada de naturaleza a unos 80 kilómetros.
La mudanza no fue fácil, tras recorrer 10 kilómetros en carretera recorrió otros 80 por la bahía de Chesapeake hasta llegar a Cheston on the Wye. La casa, hecha de ladrillos, no se puede mover a más de 8 kilómetros por hora y necesita de varios operarios guiando la estructura manualmente. La casa está tardando semanas en recorrer un trayecto que, por carretera y en coche se hace en 20 minutos.
Paradójicamente, la nueva ubicación de la casa es una finca que había sido propiedad de una de las hijas de la familia Nicols que nació en la mansión y que está enterrada a pocos metros de donde estará la casa.
La mansión ha tenido varios usos en estos más de 250 años, desde una gran plantación de algodón a una granja de ganado o una casa de un florista.