Se trata de este gigantesco cocodrilo, de cinco metros de longitud, al que responsabilizan de la muerte de tres lugareños, cuyas pertenencias han aparecido en el río donde se localizaba el animal.
Su libre presencia en zonas habitadas es peligrosa y, por ello, los habitantes de esta aldea de Indonesia no han dudado en capturar al animal con la ayuda de estas cuerdas.
Ahora, inmovilizado, el reptil ingresará en un centro de conservación donde no podrá causar ningún daño.