Los dos emprendedores israelíes que han desarrollado este concepto son Oren Ezer y Hanan Rumbak. Además cuentan con la ayuda de grandes compañías proveedoras de electricidad y la Universidad de Technion (Instituto israelí de tecnología), la cual es de las mejores del mundo.
Según informa Infobae, toda la energía que se use para este proyecto, provendrá 100% de fuentes de energía renovables. La idea ha sido tan novedosa que ha recibido la beca ‘Horizon 2020’ de la Unión Europea. Además, las primeras pruebas ya se han realizado en Tel Aviv, y en un futuro se planea llegar a toda Europa.
“La idea básica es la transferencia electrónica inalámbrica. Estamos usando la tecnología que inventó Nikola Tesla hace 100 años. Transferimos electricidad a una bobina que crea un campo electromagnético a su alrededor. A su vez, este campo electromagnético crea una corriente en otra bobina”, explica Ezer.
Parece un proyecto surrealista e imposible, pero en verdad no es algo lejos del alcance del material que ya tenemos. “Sólo se necesita cobre y caucho, y el despliegue es rápido y fácil. Se puede adaptar un kilómetro de camino en apenas media jornada”, cuenta Ezer. Por lo que el coste y la infraestructura, que son las mayores preocupaciones, se reducen a una escala menor.
En cuanto a la radiación emitida han asegurado que es mínima, por lo que el conductor y los pasajeros no tienen de qué preocuparse.
Todo ello les ha dado la ventaja de diferenciarse de otras empresas que también trabajan con la recarga de vehículos inalámbricos como Qualcomm o KAIST, ya que en este proyecto sí han podido demostrar la posibilidad de realizar el proyecto económicamente.
Por ahora tan solo tienen puesto el foco en el transporte público. Para ello cuentan con el respaldo gubernamental y con la ventaja de estar en Israel, uno de los lugares emprendedores más potentes y emprendedores del mundo.