Mi primera vez en una cena secreta con desconocidos organizada por Instagram

yasss.es 02/10/2018 10:52

Hace unos días, casi de rebote y a través de Instagram me llegó el chivatazo de que alguien iba a organizar una cena de desconocidos en su piso a mediados de semana. Tras preguntar los requisitos para poder asistir a ese encuentro, la cosa se puso de cara. Solo me pedían ser extremadamente puntual, poner unos euros para el bote común de la cena y confirmar que no conocía a ninguno de los asistentes. Nada descabellado. El miércoles a las 21:30 tenía una cita gastronómica con desconocidos.

De camino, lo primero que piensas es en 'La Cena De Los Idiotas'. Todo encaja, es un plan perfecto. Somos desconocidos convocados en una casa ajena para cenar un miércoles. ¿Seré ese idiota ganador de idiotas que se lleve el título de idiota del mes? En un pequeño intento de mi cerebro por salvar algo de la poca dignidad que me queda, me entran ganas de volver a casa, hacer una tortilla francesa y meterme en cama. Pero hemos venido a jugar. Hemos llegado, con puntualidad británica, y ya estamos en el ascen- sor.

De entrada nos saludamos todos con algo de nervios, somos unas 8 personas y la casa es brutal. Amplia, con luz y una mesa muy grande. Huele de maravilla. Nos piden que, antes de nada, escribamos nuestros nombres en unas pegatinas y nos las pongamos. Una vez tenemos nuestras pintas de concursantes de 'Saber y Ganar' nos ofrecen un cocktail y comenzamos a presentarnos. Sudores fríos mientras pienso las palabras correctas que den un par de pinceladas sobre quien soy. Está bien, no hay que mencionar los motivos por los que estamos en la cena ni nada personal. De hecho, una de las cosas chulas de estas cenas es que nadie va con afán de ligoteo. O así es en un principio.

Es curioso el buen ambiente que se genera una vez nos presentamos todos. Hay perfiles de todo tipo. Desde gente extranjera que va para aprender un poco de castellano hasta personas que llevaban años viviendo por todo el mundo por motivos de trabajo y que vuelven con ganas de nuevas experiencias. La cena, cortesía de los organizadores, fue una auténtica pasada. Una vez llegamos a los postres (y a los chupitos) nos proponemos un pequeño juego sobre estereotipos y primeras impresiones que, ante todo pronóstico, acabó siendo divertido.

La cena acaba con foto para el recuerdo, dándonos los números de teléfono y jurando que hablaremos de esto a más gente que busca nuevas experiencias. Y aquí estoy, contando que este tipo de cenas son una de las cosas más recomendables que podéis hacer a partir de este verano. Son momentos perfectos para salir de nuestra zona de confort. Tener que adaptarnos y darnos un ratito para escuchar la historia de otras personas que acabamos de conocer es algo reconfortante.

También nos ayuda a tener que proyectar una imagen sincera y sin presiones de nosotros mismos, lejos de las redes sociales, este tipo de encuentros nos pueden ayudar a cono- cernos más. Y sobre todo, se trata de una experiencia que nos reconforta con el género humano. ¿Cuántas cenas con gente conocida o con amigos de amigos han acabado como el rosario de la aurora? Puede que las cenas secretas o de desconocidos se conviertan en una nueva tendencia al estilo de Blablacar o la cosa se quede ahí.

Sea como sea, os animamos a que vayáis a cenar con desconocidos, a hablar, a preguntar y a conocer gente. Las ganas de alimentar estómago y espíritu se verán perfectamente saciadas. Palabrita.