Esta es la cara oculta de la opulencia. Ferrari, Lamborghini y Rolls Royce, entre otras, son las marcas de algunos de los coches abandonados en este cementerio de vehículos de lujo de Dubai. Lo llamativo de este desguace es que la gran mayoría no sufre averías, sino que están allí por impagos de sus anteriores dueños. No es oro todo lo que reluce en la ciudad del derroche.