Andreas Stauffiger, de 43 años, es bombero voluntario, socorrista, pastelero y adicto a los tatuajes. Tiene más de 60 en todo su cuerpo, pero todos y cada uno de ellos le han ayudado a aprender a soportar más dolor y así salvar más vidas.
A Andreas siempre le han fascinado los tatuajes. Se hizo el primero cuando tenía solo 18 años y aspira a tener todo el cuerpo cubierto con ellos. "Nunca paré y no me arrepiento de ninguno de ellos. Hoy es más una adicción, necesito hacerme más. Me encanta conseguir tinta. Es como los insectos que vuelan hacia la luz porque está en su naturaleza", explica al 'Daily Star'.
Andreas ha gastado alrededor de 26.000 euros en tatuajes y modificaciones corporales. De hecho, también tiene 16 piercings, pero su tatuaje favorito es el emblema de 'Battlestar Galactica' en su garganta: "De niño, tan pronto como sentí miedo, comencé a pensar en estar protegido por un enorme acorazado. Es mi tatuaje más poderoso".
Admite que el tatuaje más doloroso fue el del glande, pero "no es la parte del cuerpo la que decide cuánto de doloroso es el tatuaje", se trata más bien del estado físico general "en términos de estrés sueño o hambre lo que causa el dolor".
Andrea, quien también es voluntario en el rescate de animales, no ve necesariamente el dolor como algo malo: "El dolor se puede entrenar. Algunas personas piensan que mi tolerancia al dolor es muy alta, pero esa no es la verdad. Aprendí a manejarlo. Esta habilidad me ayuda, en mi rutina diaria, laboral y como bombero. Tan pronto como siento dolor, ya sea físico o mental, puedo manejarlo mejor que otros. Empiezo a respirar lenta y profundamente y siempre seré consciente del dolor para poder reprimirlo”.
Andreas llama mucho la atención por su colorido y creativo trabajo corporal: "La mayoría de los comentarios son positivos, nunca he tenido enemigos, pero sí he experimentado discriminación. Soy una persona positiva y el motivo detrás de mis tatuajes es neutral, pero la verdad es que prefiero la compañía de animales en lugar de la de humanos".