Un colchón puede sufrir numerosas manchas debido a la sudoración y a las pérdidas de orina o menstruales. Además, el lugar donde dormimos puede acumular un montón de agentes patógenos. Con el paso del tiempo, esos fluidos pueden estropear y deformar los materiales de los que están hechos, además de crear un lugar muy poco higiénico para dormir.
Por todo ello, utilizar un protector es un gran aliado que puede aumentar la calidad de vida de nuestra cama. Mientras que una funda de colchón cubre de manera total la superficie y no deja traspirar ni es impermeable, los expertos recomiendan que se combine su uso con un protector de colchón.
Este protector es como una sábana bajera, pero tiene la función de proteger de los líquidos o fluidos que puedan caer, además de bacterias o ácaros que se acumulen. Se recomienda que se utilice durante todas las épocas del año debido a su carácter impermeable y transpirable, no solo en una época estival.
Muchos niños todavía no son capaces de controlarse, y acaban haciéndose pis en la cama. Si no se cuenta con un protector impermeable, al final el colchón acabará dañado y su vida útil será mucho más reducida. Por eso, los expertos también recomiendan este tipo de productor, haciendo hincapié en que sea impermeable, en las camas de los más pequeños, para que la orina no sea un problema.