Es empezar a sonar la música y el perrito Bailey y su dueña se arrancan a bailar.
Ambos han protagonizado una divertida escena que ha conquistado a las redes sociales. Estaban en la cocina de casa cuando empezó a sonar reguetón -el que parece es el género preferido de la mascota- y su cuerpo de dejó llevar al ritmo de la música.
Así estuvieron durante varios minutos: moviendo los brazos, la cabeza y hasta las caderas completamente sincronizados y además, sin perder el ritmo en ningún momento