Un hombre de 47 años estaba comprando en una tienda de la ciudad de Stoke-on-Trent, en Inglaterra cuando fue acusado por la encargada del establecimiento de intentar robar algo que llevaba escondido en su entrepierna y decidió bajarse los pantalones en mitad de tienda para demostrar que ese bulto era su miembro.
Steve Whitehurst, compró acompañado de su novia y su nieto de 18 meses artículos por valor de más de 350 euros. Sin embargo, antes de salir por la puerta de la tienda recibió dicha acusación. "Llevaba unos pantalones muy ajustados ese día y había un bulto, sí, pero eso no es ilegal. No puedo evitar la forma en que estoy hecho. La trabajadora comenzó a discutir conmigo. No me dejaba ir y seguí diciéndole que era mi pene. Finalmente, dejé caer mis pantalones frente a todos y me quedé allí con mis calzoncillos y dije: 'Mira, no tengo nada que ocultar'" cuenta Steve al diario británico The Sun.
La historia no terminó ahí, la trabajadora no quedó convencida y llamó a un guarda de seguridad para que se asegurara en un cuarto interior, allí se bajo también los calzoncillos y dejó ver su miembro de 25 centímetros.
Varios testigos justificaron la actuación de los empleados asegurando que Steve estaba cogiendo y soltando muchos artículos y que adoptó una actitud muy agresiva cuando lo acusaron. Por su parte, su pareja denuncia que "fue una situación muy humillante, lo que hicieron con Steve fue asqueroso".