Aparece en el escudo (aunque es más un sello, pues técnicamente no tienen un escudo heráldico como tal), en la moneda del cuarto de dólar y hasta en los pasaportes. En todos estos lugares y muchos más se puede observar el sello o escudo de los Estados Unidos, que tiene como protagonista indiscutible a una orgullosa águila calva o águila americana, un ave que consiguió convertirse en emblema de este país por encima de otras opciones que se barajaron, como el pavo.
Por lo menos esa es la historia que se suele contar, señalando que esta era la propuesta de Benjamin Franklin, porque encontraba que el águila no era merecedora de ser símbolo de la nación, considerando que robaba alimentos a otras aves. Sin embargo, y a pesar de las posibles voces en contra, por muy importantes que estas fueran, el águila fue la seleccionada, pero ¿por qué?
El águila calva es imponente, puede llegar a pesar hasta seis kilos y a alcanzar los dos metros de envergadura, de cabeza blanca y fuertes garras, el águila calva se ha convertido en una de las más reconocibles gracias a ser símbolo estadounidense y al protagonismo que se le ha otorgado por ello en el cine. De hecho, no es raro que al pensar en un águila, sea la de esta especie la primera que nos venga a la mente, siendo el águila real la más común en España.
El águila ha formado parte de la historia de Estados Unidos desde que se tiene conocimiento de ello, para algunas tribus nativas era un animal sagrado, comer su carne no estaba permitido, eran aves admiradas, cuyas plumas se empleaban para engalanarse y sus huesos se tallaban para usarse como flautas en rituales religiosos.
Esto cambió con la llegada de los colonos europeos, que las mataban porque aseguraban que se comían el ganado. Esta manera de pensar y de tratar a estas águilas casi acaba con ellas por completo, de hecho estuvieron en peligro de extinción, algo que fue a más a causa del DDT, un pesticida que ponía en peligro aún más la especie. Desde la década de los 70 se trabajó para protegerlas y recuperarlas con bastante éxito.
En 1782, el Congreso de Estados Unidos escogió el águila calva como emblema oficial de la nación, porque consideraron que representaba el poder, la audacia y la autoridad tanto en el cielo como en la tierra.
Es la única águila autóctona de Norteamérica, un águila de aspecto majestuoso, pero que en realidad no es la mejor entre las cazadoras, ni tampoco un hábil depredador, de hecho se la considera un ave carroñera y un poco oportunista, porque a veces opta por robar las presas de otras cazadoras. A pesar de todo ello, desde ese momento forma parte del escudo nacional y lo hace con una rama de laurel en una garra y unas flechas en la otra, representando con la primera, la paz, y con la otra, la guerra.