Siempre es un buen momento para continuar aprendiendo, sobre todo si hablamos de curiosidades sobre el cuerpo humano que siempre han estado ahí, pero a las que nunca les hemos dedicado la suficiente atención como para encontrarles un porqué. Hay veces que las cosas son como son y no existe una explicación, pero en otras ocasiones solo tenemos que investigar un poco para encontrar esa que nos ayude a entenderlo todo mejor.
Muchas personas nunca se han fijado o no le han dado mayor importancia, pero otras, seguro que más de una vez y más de dos se han preguntado por qué vemos las venas de color azul en las zonas del cuerpo en las que son visibles si la sangre es de color rojo.
Nos hacemos una herida y tenemos que limpiar con un algodón o una gasa la sangre, que se aprecia de un intenso color rojo. El mismo color que vemos si nos sentimos valientes mientras nos sacan sangre, algo que evidencia que, efectivamente, la sangre es de este color (lo es debido a la hemoglobina, una proteína que se halla en los glóbulos rojos y que es rica en hierro) y no nos hemos dejado llevar por la mejor campaña de marketing del mundo.
Sin embargo, al mirar el interior de nuestras muñecas, una de las zonas en las que las venas son más visibles, podemos ver cómo destacan en color azul. ¿A qué se debe este fenómeno? ¿Nos engaña la vista? En realidad, esto es debido a la luz y su funcionamiento: las venas parecen azules por la longitud de onda de la luz que llega a nuestros ojos.
En realidad, conviene señalar que las venas no son ni de color rojo ni de color azul, pero se ven de esta última tonalidad por un efecto óptico, debido a las longitudes de onda de los diferentes colores. Cuando la luz incide sobre la piel, los tejidos del cuerpo humano hacen que estas interactúen diferente; las ondas rojas, penetran más profundamente en la piel y son absorbidas por la hemoglobina, las ondas azules son reflejadas de vuelta hacia nuestros ojos.
Cuanto más delgada sea la capa de piel y menos grasa subcutánea exista, más azuladas veremos las venas, que sin aquellas que están más cerca de la superficie.
Como sucede tantas veces, lo que vemos solo es una parte de la realidad. El color azulado que vemos en las venas es fruto de varios factores, como son la luz que incide sobre ellas y la longitud de las ondas, la hemoglobina que lleva nuestra propia sangre y la composición de la piel, cuanto menos tejido graso exista, más azuladas se verán las venas porque serán más visibles superficialmente.
Las venas que podemos ver a simple vista pertenecen al sistema venoso superficial, que discurre bajo la piel, y en algunos casos podemos llegar a notarlas al palpar con nuestras propias manos.