El caso en torno al beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso ya se ha convertido en el "MeToo" del deporte español, por la solidaridad con la jugadora y prácticas abusivas con las mujeres que están saliendo a la luz dentro y fuera de España, más allá del ámbito del fútbol.
La presentadora Sonia Ferrer (45 años) se ha hecho viral en las últimas horas por destapar una práctica machista que era habitual hace décadas con las famosas, y de la que ella misma fue víctima.
Detrás de los famosos posados de mujeres desnudas en Interviú, algunos voluntarios y con remuneración económica, a veces se escondía un chantaje por parte de la revista para no publicar fotos robadas, a cambio de que las afectadas posaran en topless o ligeras de ropa para su portada.
Una práctica que hoy sería impensable, por todos los logros que ha conseguido el movimiento feminista, e incluso denunciable. De hecho, hace años que las revistas de corazón ya no publican topless de famosas para evitar posibles demandas.
Pero sí es algo que en su día sufrieron muchas famosas, como Marta Sánchez en aquella mítica portada de Interviú, una de las más vendidas de la desaparecida revista, y como hemos sabido ahora, también Sonia Ferrer.
Todo comenzó cuando un tuitero respondió a las críticas de la presentadora a Luis Rubiales y su defensa de Jenni Hermoso, recordándole la portada de Interviú en la que posó desnuda y acusándole de hipocresía en sus alegatos feministas.
La colaboradora de Espejo Público, lejos de sentirse avergonzada, respondió de forma tajante a este usuario, revelando que la portada a la que hacía referencia “fue el resultado de un chantaje”. Cuenta que los responsables de la desaparecida publicación le ofrecieron hacerle “unas fotos bonitas sin enseñar nada, a cambio de no publicar este robado en topless que te hemos hecho”, cuenta de las fotos que le habían hecho sin su consentimiento, “en las que también se veía a mi madre”.
Ferrer recuerda que lo que ella sufrió era “una práctica muy habitual en esa época (2007)", y matiza que tampoco se puede atacar a las mujeres que decidieran posar libremente. "Que no habría ningún problema si hubiese querido hacerlo sin mediar chantaje, pero lo hubo", sentencia la presentadora catalana, entonces casada con el cirujano Marco Vricella, padre de su hija, del que se separó en 2013, y actualmente con Sergio Fontecha, un inspector de Policía con quien lleva casi tres años de relación.
El tuit del detractor de Sonia Ferrer, ya borrado, consiguió de esta forma el efecto contrario al deseado. En lugar de destapar lo que quería hacer ver como un ejemplo de "falso feminismo", el público se ha puesto de lado de la presentadora, mostrándole su solidaridad a través de comentarios como "Querida Sonia, no te justifiques. Se acabó", "Doble barbaridad. Una, las fotos que te han obligado a hacer. Dos, que alguien (anónimo, para variar) te juzgue por esas fotos", "Vergonzoso, todo mi apoyo Sonia", son algunos de ellos.
El desnudo integral que Marta Sánchez realizó para la revista Interviú responde a un acuerdo al que la cantante llegó con el semanario para evitar la publicación de otras fotos mucho más desagradables, tal y como explicó Divinity dentro de un reportaje sobre otras "imágenes prohibidas que nunca vieron la luz".
Portavoces de la revista cuentan que un paparazzi realizó unas fotos a Marta Sánchez durante un viaje en las que aparecía realizando actividades comprometidas en la cubierta de un barco. Para que la revista no publicara esas fotos accedió a posar desnuda.