Visita inesperada la que recibieron los habitantes de un pueblo de Calabria. De pronto se encontraron de frente a un elefante de más de 3.000 kilogramos de peso. El animal había escapado de un circo y al parecer decidió cambiar de aires sin pedir permiso.
Con esa presencia tan voluminosa, el elefante por muy lento que se movió no pudo pasar desapercibido en su paseo veraniego. También notaron su ausencia sus cuidadores que fueron a toda prisa en su búsqueda hasta que dieron con él.
Lo encontraron ya en plena zona residencial rumbo a un supermercado... El olor a banana quizá era demasiado fuerte para su trompa y pretendía pegarse un buen almuerzo. Por suerte, el elefante no provocó daños, ni físicos ni materiales y una vez capturado fue devuelto al circo.