El vídeo se ha vuelto viral en las redes sociales, donde se muestra una escena inusual y encantadora en la isla de Nara, Japón. Estamos ante ciervos de Nara son considerados un tesoro nacional y están protegidos por la legislación japonesa. Atacar o matar a uno de ellos puede conllevar incluso la pena de muerte.
En la mitología budista local, los ciervos de Nara son considerados deidades celestiales. La leyenda cuenta que en siglo VIII se fundó el templo Kasuga Taisha y en su honor el dios Takenomikazuchi-no-mikoto fue invitado a visitar el santuario. Dicho dios apareció a lomos de un ciervo blanco por lo que desde entonces estos animales han sido venerados como mensajeros divinos hasta el punto de ser merecedor de pena de muerte el matar un ciervo.
Durante la pandemia, los ciervos de la ciudad de Nara adquirieron fama mundial al adentrarse en la urbe en busca de alimento. Con el confinamiento y la ausencia de turistas, estos animales se vieron obligados a buscar comida por la ciudad.