Los semáforos de tráfico son una de las señales más universales que existen en las carreteras de todo el mundo, pudiendo variar el tipo de los muñecos que aparecen representados en él, los colores siempre son los mismos, tres colores identificativos que podrían convertirse en cuatro.
El color rojo, verde o ámbar ayuda a los peatones y conductores a establecer un orden en cuanto a la preferencia de paso, haciendo las ciudades mucho más organizadas, un código que ha traspasado el mundo de la circulación a ámbitos donde también se pueden aplicar estos colores, la medicina, ciencia…
Si bien es cierto que algunas ciudades cuentan con semáforos que incluyen una franja blanca, lugares donde entre la circulación hay que convivir con tranvías, comienza a escucharse incluir el color blanco a todos los semáforos para los coches autónomos que están conducidos por la IA.
La aparición de coches autónomos comienza a ser más y más extendida, en Europa por el momento no son numerosos estos vehículos, pero en países como Estados Unidos cada vez es más habitual.
Para poder organizar de alguna manera su circulación y que esta sea fluida se ha pensado en introducir el color blanco, según afirma un estudio de la universidad de Carolina del Norte; “el funcionamiento sería más sencillo de lo que pueda parecer y su finalidad es dar paso a estos vehículos si las condiciones del tráfico así lo permiten”, recoge el Diario de Navarra.