En las redes sociales, donde esta semana parecía no haber otra cosa que una pareja enfrentada -no hace falta decir cuál- se esconden también historias muy distintas.
Una de ellas, la de un cura valenciano que intenta poner a la Iglesia al día, adecuando su mensaje al de los más jóvenes. Mossen Voro, como le conocen sus feligreses, canta, baila y despliega todo su humor en TikTok. Es el último paso en lo que llama "evangelización digital" y, ciértamente, resulta todo un espectáculo.
El que dijo que los caminos del Señor son inescrutables, quizás no pensó que llegarían al límite al que los ha llevado Mossen Voro. Además de párroco en un pequeño pueblo de valencia, es un activo 'tiktoker', un cura a la última, que lo mismo enseña a santiguarse al estilo 'Barrio Sésamo', que evangeliza al ritmo de David Bisbal, que, ¡faltaría más! sermonea. Eso sí en el lenguaje de las nuevas generaciones.
Ya se sabe, y con perdón de los católicos, si la montaña no viene a Mahoma hay que hacer algo. Precisamente, eso lo hizo este párroco que se inició en Facebook, subió un grado en Instagram y trata ahora de doctorarse en TikTok.
Su revelación se produjo en una cumbre religiosa, en México, era el único español. "Fue un momento decisivo", cuenta. Pensó: "Tengo que profesionalizar esto de la evangelización digital", y esa es su última cruzada.
En México estaban con él colegas de Sudamérica- allí esto es un furor-: Fray Foto, o sor Selfie, versiones actualizadas de la setentera sor Citröen. Todos 'followers' de una misma doctrina: "Un cura no tiene que ser serio. Hay sitio para todos en la Iglesia", resume Mossen Voro.
Más aún en la suya, que después de unos inicios que como todos son complicados -aún recuerda qué malos eran sus primeros vídeos- poco a poco y intenta hacer viral.