Marie Kondo vuelve a la carga: no solo ordena tu casa, también tu vida
La exitosa autora de ‘La magia del orden’ presenta ‘El método kurashi, cómo organizar tu espacio para crear tu estilo de vida ideal’
Cree que no tiene sentido soñar con una casa ideal, sino convertir la propia en un santuario de espacios felices
Ordenatrix, 'la Marie Kondo' española que asegura que con tres pasos tendrás siempre la casa ordenada
Marie Kondo es sinónimo de éxito. Su superventas de 2010, 'La magia del orden', traducido a cuarenta idiomas y con más de doce millones de ejemplares, le dio una inmensa popularidad: les siguieron más libros, documentales, una nominación a los Emmy, una consultora privada… la gallina de los huevos de oro.
Y todo porque la autora japonesa dio con la tecla para arreglar los desvelos de incontables mortales. Simplificando mucho, su mantra era: ordena tu casa, deshazte de lo superfluo, vacía ese armario, y así despejarás tu mente.
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El problema, que ella misma confiesa, es que muchos de los que le pedían consejo le explicaban que la cuestión no era tanto ordenar su casa, sino que vivían en una caja de cerillas, y que así es difícil lograr una vida plena. Marie Kondo se puso a pensar, y halló la respuesta en una palabra japonesa: ‘kurashi’.
Ella misma lo cuenta: “Kurashi significa el acto de vivir; el gasto de cada día; la vida diaria; hacer el sustento. El verbo kurasu significa pasar el tiempo hasta la puesta del sol; pasar el día. En otras palabras, el kurashi ideal significa simplemente la forma ideal de pasar nuestro tiempo, y por lo tanto está separado del "hogar ideal".
Es decir, que no ansiemos tanto nuestra casa ideal (un apartamento con vistas, un chalet en las afueras), sino que nos irá mejor si permanecemos en las humildes estancias que habitamos y las convertirmos en una especie de reflejo de lo que amamos, de lo que nos gusta.
El hogar ideal
La japonesa dice que ella ya lo consiguió de pequeña. En su casa familiar tenía vedados algunos espacios, como la cocina, y se veía obligada a recluirse en su cuarto. “Mi habitación ni siquiera tenía una ventana, y mucho menos un balcón. Pero este desfase entre mis sueños y la realidad no me molestaba –dice-. Solía presumir de lo mucho que me gustaba mi habitación. La razón por la que la amaba era porque era mi propio espacio, un lugar donde podía disfrutar de mi estilo de vida ideal, ya fuera relajándome antes de dormir con aromaterapia, escuchando mi música clásica favorita o colocando un pequeño jarrón con una sola flor en mi mesita de noche”.
Como es lógico, Marie Kondo no ha desaprovechado la oportunidad de sacarle partido a esta epifanía y ha publicado un nuevo libro: ‘El método kurashi, cómo organizar tu espacio para crear tu estilo de vida ideal’ (en España saldrá en enero de 2023, de la mano de Aguilar).
La popular autora da algunas herramientas para lograr este estilo de vida ideal. De la misma manera que nos pidió deshacernos de objetos rebeldes, recomienda que hagamos lo propio con los pensamientos negativos, y el mejor método de exorcizar esos demonios es ponerlos negro sobre blanco.
La alegría
El objetivo fundamental es ya no es tanto tirar cosas, sino focalizarse en lo que nos provoca alegría, y luego llevarlo al ámbito doméstico. “Crea un rincón tranquilo para trabajar, programa encuentros semanales con familiares o amigos o haz tus propios rituales nocturnos relajantes para dormir bien”, dice.
“Cuando imagines tu estilo de vida ideal –continúa-, piensa concretamente en lo que te gustaría hacer y en cómo te gustaría pasar el tiempo en casa. (…) En otras palabras, el estilo de vida ideal se refiere a lo que hacemos, no al lugar donde vivimos”.
Como toda persona con gran proyección mediática, a Marie Kondo no le faltan los críticos. Uno de ellos es la psicóloga clínica Ramani Darvusala. En una entrevista con The New York Times, afirmaba que Marie Kondo olvida que en las casas además de objetos hay personas: “Si todos mis clientes vivieran en casas llenas de basura pero eliminaran a las personas tóxicas de sus vidas, estaría bien”, replicó. “Guarda las maletas viejas; deshazte del tío gruñón”.