Si buscamos en el diccionario la palabra "pornografía", la definición con la que nos encontraremos es la "Presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación". En este plano, las palabras "cruda" pueden pasar desapercibidas pero tiene un gran impacto y unos efectos a nivel psicológico en los seres humanos al consumir, como dice la sexóloga Ana Lombardía "imágenes fuertes, crudas y visuales" como las que ofrece el porno y pese a que no nos demos cuenta, a nivel psicológico afecta mucho a la hora de relacionarnos con un otro o a la hora de "entender la sexualidad".
Según un estudio que forma parte del proyecto financiado por el Centro de Investigación Biomédica en Red Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) que forma parte del proyecto "Sexual violence perceptions and associated factors in young people. A mixed study", sobre de pornografía, violencia sexual, agresión y victimización, el 95% de los españoles hombres y un 75% de las mujeres españolas declaran consumir porno de manera voluntaria, es decir buscada, por lo que es una realidad que "toca" a muchas personas de cerca. Y la tendencia va en aumento.
En estos tiempos tecnológicos y en donde el internet y el consumo de imágenes domina el panorama, el acceso al porno es cada vez más fácil y al alcance de la mano, sobre todo en los menores y niños y esto puede afectar de muchas maneras la forma de entender la sexualidad, una sexualidad muy distante de la realidad y puede traer formas más violentas e incluso abusivas en la cama. Desde Yasss hemos hablado con Ana Lombardía, Psicóloga especialista en Terapia Sexual y de pareja, autora del blog 'Sexo en la piel', con quien, además de analizar los efectos negativos que el porno brinda a nivel psicológico en una persona, la experta brinda los beneficios que pueden traer a la vida de alguien el dejar de consumir pornografía.
Los beneficios de dejar de consumirlo generan una reconexión con uno mismo que puede perderse a la hora de encontrarse de manera habitual con una pantalla. A continuación la Sexóloga ofrece algunos aspectos positivos que dejar de mirar porno puede traer:
Pese a que existen infinitos motivos por los que las personas consumen pornografía, hoy en día se ha facilitado su acceso aún más y aquello ha aumentado su consumo. "A día de hoy tenemos acceso ilimitado y de forma gratuita en nuestro teléfono móvil y además nos ofrece una estimulación muy sencilla. Es muy fácil excitarse con el porno y por lo tanto nos ofrece una excitación, un placer y hasta un orgasmo rápidos", explica la experta y además añade la facilidad y rapidez que ofrece a la hora de buscar un placer, "Es una excitación fácil sin complicaciones, una sexualidad muy individualista desde la masturbación, hasta del no tener que contar con nadie y no tener que tirar de recuerdos o fantasías para excitarse. Es como la ley del 'mínimo esfuerzo' desde ese sentido.
"Además nos permite acceder a un montón de fantasías y de prácticas sexuales que de otro modo no podríamos acceder, sobre todo cuando hablamos de fantasías que no están a nuestro alcance", analiza Lombardía y explica que se puede ocurrir con personas que no están al alcance pero que el porno puede conceder fantasías con ellas. "Como con actrices y actores que me ofrecen toda esa estimulación. Como no podría acostarme con esa actriz en la vida real y por tanto puedo hacerlo en mi mente, o fantasear por ejemplo con hacer un trío o de hacerlo en la playa", amplía.
En este plano, las fantasías abusivas o peligrosas también son avaladas por este tipo de contenido sexual y pese a ser peligroso, se puede acceder a ellas de manera muy fácil. "Cosas que a lo mejor están prohibidas como el abuso, las violaciones, que también son fantasías que el porno propicia y legitima y que podemos acceder a ellas muy fácilmente", indica la experta en Terapia Sexual.
Consumir imágenes pornográficas de manera habitual, a la larga genera unas expectativas muy diferentes a las de la vida real y sobre todo condicionadas. "Al fin y al cabo el porno nos ofrece un modelo de como tenemos que vivir la sexualidad y además nos dice que tenemos que erotizar, qué nos tiene que gustar, con qué nos tenemos que excitar y eso al final configura nuestra mente de alguna manera y hace que se condicione la forma en la que vivimos las relaciones sexuales", opina la sexóloga.
Sobre todo a la hora de consumir este tipo de contenido cuando no se sabe nada, como en los niños o adolescentes, la cabeza ya se empieza a configurar y a absorber esa información que termina confundiendo y generando fricción con una situación real en la cama. "Influye mucho la edad ya que cuanto antes empecemos, de adolescentes o incluso de niños que ya a día de hoy hay niños que tienen acceso a la pornografía, y pues cuando todavía no tienes ninguna idea de lo que es la sexualidad si tu primer contacto es casi con el porno, eso afecta un montón porque ya se empieza a configurar desde cero ", señala.
Por el otro lado, cambia un abismo si se consume desde adulto. Pese a que es igual de dañino, tener el entendimiento de que se trata de ficción puede ayudar a alguien a poner más "los pies en la tierra". "Si empiezas más adulto a lo mejor tienes algunas nociones, has leído más cosas, tienes más experiencia, y puedes comprender de otra manera, más realista quizás a entender que la pornografía es ficción. A alguien joven eso le va a costar muchísimo y va a hacer que tenga una idea bastante confusa y bastante poco realista de lo que es la sexualidad si el primer contacto que tienes es con el porno", resalta Lombardía.
A la hora de buscar contenido pornográfico, el modelo que se nos impone puede generar frustraciones o "relaciones poco placenteras, o incluso de abuso o de poder" que afectan el relacionarse con un otro. Además, la psicóloga pone en detalle que las imágenes "fuertes, crudas y directas" a nivel psicológico generan un gran impacto y una frustración a la hora de tener una relación sexual real porque no es así.
"También puede afectar en que si estamos acostumbrados a consumir pornografía, al final nos habituamos a una estimulación sexual muy potente, fuerte y directa porque el porno es muy visual y producen impacto muy potente en nosotros. La estimulación en la vida real no es tan potente a nivel visual y a nivel de escenas muy directas, entonces si te acostumbras a ese tipo de relación sexual, luego hay veces que la vida real como que "se te queda corta" y no te resulta lo suficientemente excitante. Es una habituación que puede ser un poco peligrosa en ese sentido".