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El rap triunfa con su irreverencia y la reivindicación de los olvidados del sistema. Detrás de los éxitos hay historias más sórdidas de droga, pandillerismo y criminalidad que podría explicar la mortalidad de los raperos en EEUU, donde más de 60 han sido asesinados en los últimos 30 años en el país que inventó la protesta con música.
El último en morir ha sido Pop Smoke, rapero neoyorquino asesinado a tiros con 20 años en Hollywood. Los servicios de emergencia intentaron reanimarlo sin éxito, aunque estaba vivo cuando llegaron, pero fueron varios los disparos y las heridas letales.
Dos personas con la cara cubierta irrumpieron en la casa que tenía alquilada y acabaron con su vida.
El Departamento de Policia de Los Ángeles recibió una llamada de aviso de que la vivienda estaba siendo asaltada por varios sospechosos. Varios amigos que estaban con Smoke fueron detenidos y posteriormente liberados. Los autores del asesinato se dieron a la fuga.
El rap de los malditos: Más de 60 artistas asesinados
Smoke es una estrella más del rap que se suma a la larga lista de asesinados: Muchos antes murieron, víctima del propio submundo de marginalidad en el que vivían y del que surgían sus historias cantadas:
Han marcado la historia Tupack Shakur al que dispararon en 1996 cuando iba de camino a una actuación, pero más reciente XXXTENTACION y Nipsey Hussle, todos muertos a tiros en circunstancias no aclaradas, vinculadas con la drogas, el alcohol y la marginalidad.
La lista es larga: Más de 60 artistas en los últimos 30 años. Ni el dinero, ni la fama los pudieron salvar, de esta prisión en la que permanecieron atrapados por un pasado del que no pueden escapar.