Lo vintage, lo desgastado y aparentemente usado lleva siendo tendencia en la moda desde hace años pero las marcas de lujo han ido mucho más allá esta vez. Un ejemplo son unas zapatillas que se acaban de presentar y que parecen sacadas de un contenedor. Su precio supera los 1.800 euros. La casa de modas española Balenciaga lanzó su último modelo de calzado, los París Sneaker, cuya apariencia desgastada y sucia ha sorprendido a todos y provocado indignación en redes sociales. Desde que en 2015 Demna Gvasalia tomara las riendas creativas de Balenciaga, la firma se ha convertido en precursora de una estética única en la que la controversia es omnipresente. Y lo ha logrado una vez más otra cosa es que de nuevo marque tendencia.
Según la explicación que dio la empresa, "las zapatillas lucen así porque están destinadas a ser usada durante toda la vida". Eso es lo que parecen, al menos.
Parece que Cenicienta se equivocó con su deseo al hada madrina ahora al baile más elegante se va con harapos. Es solo una muestra, la de las zapatillas de Balenciaga que tu madre tiraría a la basura, que viene. No en vano las medias con tomares a 140 euros se han agotado. Para ellas la frase de siempre hay un roto para un descosío. Al menos también en los desfiles de alta costura. El glamour mugriento vuelve con fuerza.
Ya en el 2000 Balmain impuso su camiseta rota para privilegiados, el resto tenía que hacérsela en casa.
Es el regreso al grunge de Kurt Cobain, el hombre que vendió al mundo, sin proponérselo, su estilo desaliñado. Las firmas más caras se apuntan a los jerseis con bolas y xxl, a las camisas de franela.
Vestirse de rico ya no es lo que era.