Unos cien corredores en pos de un queso por una pendiente. El redondo queso rueda los 182,88 metros a saltos, escabulléndose de las manos de los vecinos de Brockworth, un pueblo de Gloucester, que celebran desde 1826 esta tradicional competición. La carrera comienza en la cima de la colina Cooper y hay golpes, caídas, pero la recompensa del queso y el reconocimiento de todos es mayor que el miedo a correr estos riesgos.