Continuando su periplo al margen de Extremoduro, Robe Iniesta sigue presentando su segundo disco, ‘Destrozares’, en la gira que está llevando a cabo: ‘Bienvenidos al Temporal’, la cual inició el 12 de mayo en Valladolid.
‘Ponte a cubierto’ es la primera parte de dicha gira, y “aunque todo en general está siendo muy bonito y emocionante” a su juicio, Robe ha querido puntualizar y poner de relieve ciertas actitudes que considera inapropiadas, recordando que “en esta primera parte de la gira los conciertos son en teatros y auditorios”.
“Está pensada para hacer conciertos en los que disfrutar escuchando, viendo y sintiendo”, ha apuntado.
Y es por eso por lo que advierte que “no se puede grabar ni hacer fotos”, llevando su crítica más allá, y asegurando que “un concierto es un sitio en donde se va a experimentar una catarsis colectiva y a vivir un momento único, con el móvil apagado, o en silencio como poco, para poder desconectar y poder vivir ese momento. Y no para estar dando por cu*** a los demás con ruidos, luces o manos en alto”.
“No es realidad aumentada ni virtual. Es presente, y si lo estás grabando te lo estás perdiendo”, reprocha.
Unas palabras que ha querido ampliar haciendo una extensa crítica donde señala a “la publicidad y los medios de comunicación” por “confundir” y ofrecer “la visión de una realidad falsa que solo sirve a sus propósitos”. “Intentan hacernos creer que nuestras vidas no valen nada si no estamos consumiendo”, ha escrito.
Más allá, ha manifestado que “una sociedad que no respeta la propiedad intelectual es una sociedad condenada a servir como mano de obra a culturas más avanzadas”.
Así, ha lamentado que “a veces las cosa no se pueden hacer con la normalidad adecuada”, recordando un episodio en Barcelona, donde, asegura, “alguien se empeñó en ser el centro de atención a toda costa”, ocasionando “distracciones e interrupciones que molestan a todos”.
“Hablando de molestar, como decía al principio, los conciertos en teatros y auditorios son conciertos para escuchar, ver y sentir. Lo de cantar, bailar y dar palmas debería quedar para momentos puntuales. Igual que ponerse de pie. Una cosa es ponerse de pie un momento, y otra no sentarse. La verdad es que no me siento muy bien teniendo que explicar que alrededor de cada uno hay otras personas sentadas queriendo ver y escuchar el concierto”, ha destacado, matizando en sus líneas finales: “Dentro de la gira hay otro tipo otro tipo de recintos en los que vivir los conciertos de una forma más movida. No os equivoquéis de sitio. Espero que esto sirva para que todos podamos disfrutar más”.
Sin embargo, no todos sus fans lo han entendido así, y una buena parte no ha dudado en recriminarle sus críticas; unos señalando lo irremediable de “cantar sus canciones durante el concierto”; aquellos recriminando que después de pagar el precio por la entrada se encuentren con restricciones como las que apunta el artista; y otros rememorando tiempos pasados y clamando por “el Robe de Extremoduro”.