La gala de los Oscar registró este año el dato de audiencia más bajo de su historia, con 23,6 millones de espectadores en Estados Unidos, lo que representa una caída de 6 millones respecto a la edición anterior, según el informe divulgado este lunes por la consultora Nielsen.
En 2019, se habían sentado frente a los televisores estadounidenses para seguir estos premios un total de 29,6 millones de personas. A pesar de que en este año el número de espectadores mejoró ligeramente, esta bajada de audiencia coincide con los malos datos que cosechan la mayoría de entregas de premios últimamente, en una época marcada por el descenso del consumo televisivo frente a internet y las redes sociales.
Hasta ahora, el peor registro para una entrega de premios de la Academia de Hollywood era el de la edición de 2018, que registró 26,5 millones de espectadores, por lo que el récord del mal dato bajó casi 3 millones.
Las noticias de los bajos en ambas mediciones no son del todo sorprendentes, los Globos de Oro de 2020 cayeron un 2%, mientras que los Emmy de 2019 fueron los menos vistos en la historia del programa, un estribillo que se está volviendo muy familiar cuando se habla de las audiencias que obtienen las entregas de premios últimamente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas mediciones contabilizan únicamente la audiencia televisiva y no incorporan a los espectadores que siguen la ceremonia por internet, a través de redes sociales o de dispositivos móviles.
Para tratar de mantener los buenos datos de la gala anterior, los Oscar repitieron el mismo guión al prescindir de la figura del maestro de ceremonias, aligerar los discursos y, sobre todo, introducir un gran número de actuaciones musicales. La transmisión de los 92° Premios de la Academia, calificada por los críticos como larga y caótica, duró tres horas y 36 minutos, 13 minutos más que la del año pasado.