'Nomadland' arrasa en unos Premios Oscars deslucidos por la pandemia
Nomadland se lleva tres de los grandes premios en los Oscars 2021
Evitar las videollamadas desde casa era una prioridad de la gala
Yuh Jung You coquetea con Brad Pitt al recibir su Óscar
Era la gran favorita y no defraudó. ‘Nomadland’, el viaje existencial de una viuda por el desierto de Estados Unidos, hacía parada ayer en Los Ángeles para arrasar con todo en la 93 edición de los Oscars. La cinta se llevó tres de los grandes premios Óscar. Su protagonista, Frances McDormand, celebraba la victoria del equipo aullando como un lobo. Antes pidió a los espectadores que “fuesen a ver la película hombro con hombro, en la pantalla más grande que encontrasen”, una vez la pandemia lo permita. Ella, además, se llevó el galardón de mejor actriz. Es la tercera vez que McDormand gana en esta categoría, tras alzarse con la estatuilla por ‘Fargo’ (1997) y ‘Tres anuncios a las afueras’ (2017).
Fue, sin duda, la noche de ‘Nomadland’ y de su directora, Chloé Zhao. La cineasta china-estadounidense se hacía con el título de mejor dirección, convirtiéndose en la segunda mujer en lograrlo en la historia de los premios. La primera fue Kathryn Bigelow por ‘La noche más oscura’ (2012).
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Fueron unos Oscars presenciales, aunque algo deslucidos. Evitar las videollamadas desde casa era una prioridad. Para quienes no podían volar hasta América habían preparado escenarios en Londres y París, pero apenas hubo que conectar con ellos. El gran grueso de la gala tuvo lugar en la Union Station, una vieja estación de tren de los Ángeles, engalanada para la ocasión. Sólo 170 invitados, sin mascarilla, repartidos en mesas con las distancias bien marcadas.
Con tanto premio virtual, en el último año muchos habían olvidado lo que se sentía. La directora británica Emerald Fenell, sorprendida por el peso de su estatuilla, aceptaba emocionada el galardón a mejor guión original por ‘Una joven prometedora’.
Daniel Kaluuya era reconocido como mejor actor de reparto por ‘Judas and the Black Messiah’. En su discurso, cargado de humor, agradeció el “sexo que habían tenido sus padres”, provocando que su progenitora se echase las manos a la cabeza.
Pero el gran momento, o al menos uno de los más divertidos, lo protagonizaba la surcoreana Yuh Jung You, mejor actriz de reparto por ‘Minari’. Fue Brad Pitt quien le entregó el Óscar y ella no desaprovechó la oportunidad para coquetear con el actor, arrancando risas entre los presentes. Le arrebató el premio a una veterana Glenn Close. Esta es la octava vez que a la actriz se le escapa la estatuilla, pero al menos no pierde la sonrisa. Su ‘perreo’ a ritmo de rap fue tan comentado como agradecido, en una ceremonia donde reinó la sobriedad.
Los Oscars de la pandemia son también los de la diversidad y los del discurso racial. Regina King abrió la gala haciendo referencia al juicio por la muerte de George Floyd. En su monólogo de apertura, la actriz aseguraba que "si las cosas hubieran sido diferentes la semana pasada en Mineápolis, habría cambiado sus tacones por botas para protestar”. Reivindicativa es la letra de ‘Fight for you’, premio a la mejor canción original. La cantante H.E.R. dejaba sin premio a la italiana Laura Paussini con este tema, parte de la banda sonora de ‘Judas and the Black Messiah’.
El cartel de ganadores fue, en líneas generales, bastante predecible. Entre los afortunados, eso sí, hubo presencia española. Sergio López-Rivera se hizo con el premio a mejor maquillaje por ‘La madre del blues’, donde trabajó, entre otras, la caracterización de Viola Davis.
David Fincher pinchó en hueso en esta 93ª edición de los Oscars. Su cinta, ‘Mank’, era la más nominada pero sólo logró llevarse 2 de las 10 estatuillas a las que optaba.
La gala terminó de forma abrupta y atípica, anunciando el nombre del mejor actor. Sir Anthony Hopkins, a sus 83 años, se alzó con la victoria, convirtiéndose en el actor más mayor de la historia en lograrlo. Batió el récord, pero no acudió a recoger su premio. Fue una de las grandes ausencias en una gala que pasó sin pena ni gloria. Una ceremonia que finalizaba con los ganadores haciendo cola en la estación, esperando a que grabasen su nombre en las estatuillas.
Tampoco enamoró la mítica fiesta benéfica de Elton John, todo un clásico del ‘after party’ de los Óscar. Esta vez tuvo que celebrarse de forma virtual. Por 16’50 euros cualquiera pudo sentirse un invitado más del exclusivo evento y todo lo recaudado fue destinado, como cada año, a la lucha contra el SIDA. Dua Lipa fue la única artista que acompañó presencialmente a John. Nada que ver con el ‘glamour’ de otros años.