Jesús Montañana se propuso que su cámara fuera un recordatorio del drama de la violencia de género, que los casos no quedaran en el olvido de un comentario en la televisión o de una noticia más. Y se propuso algo nuevo. Revisitar los lugares donde habían ocurrido los hechos. Pidiendo favores, a veces de forma medio clandestina. Cinco minutos o en algunas casos, saltándose cordones policiales solo diez segundos, eran suficientes para captar el alma de los lugares donde se habían cometido actos atroces cuyas secuelas siguen ahí, tal vez olvidadas. Unas pinzas, un vaso, un balcón, con historías sangrientas detrás y que no podían quedar encerradas bajo la puerta del olvido, o de la terrible rutina de un nuevo caso que copa el lugar del anterior.
Sillones quemados, alguna gota de sangre, lugares que huelen a muerte, a dolor, donde con solo una imagen, uno puede sentir los gritos y la angustia que desprenden. Informativos Telecinco ha estado con Jesús Montañana, el fotógrafo que cree que puede transmitir esas emociones y que no se olviden. No se irrita, pero considera que los que ningunean la existencia de la violencia de género son como los que creen aún que la tierra es plana. Esa es su credibilidad. Y su sinrazón.
Con la idea en mente de que nadie olvide, Jesús usa su cámara como arma. Lo intentó en el mundo del periodismo, pero hay que reconocer que ahí las imágenes más reposadas encajaban peor porque es la victima y el verdugo los que copan el primer plano. Y sí a veces la cámaras puede considerarse como un un escudo protector. Algo cansando de enfocar siempre la tragedia desde el misma ángulo, Jesús se tomó su tiempo. Un año recorriendo lugares comunes que se convirtieron en terribles, y que ahora han sido olvidados, o abandonados, marcados por la tragedia. Y ahora, Jesús vuelve a dar vida su tragedia. Presenta una exposición que seguro que dejará poso a todos los que la vean. . 'Lo que no se ve' podrá visitarse en el Centro Internacional de Fotografía y Cine (EFTI) hasta el próximo 3 de octubre. Todas las inágenes se convierten en un recuerdo de lo que allí ocurrió. Para no repetirlo, para que no se olvide.