Es un artista al margen de los estándares y los tópicos. Es un respetadísimo tenor de ópera que no hace ascos a la zarzuela. No contento con dominar el repertorio italiano, ahora el francés es su siguiente reto. Sus noches de triunfo las compara con "ganar la Champions". En casa escucha boleros, Maroon 5 o Norah Jones, además de Katy Perry, que le gusta a su hija. Le contrata el Teatro Real de Madrid para una gala y para Il pirata, de Vincenzo Bellini, y ya que se pone, regala una representación de L'elisir d'amore, de Gaetano Donizetti L'elisir d'amore-que desde el 29 de octubre hasta el 12 de noviembre está en cartel, con Juan Francisco Gatell y Rame Lahaj alternando en el papel de Nemorino-.
Menudo obsequio para los aficionados que asistan el 9 de noviembre al Teatro Real poder escuchar al mexicano Javier Camarena el aria Una furtiva lágrima. Solo queda por ver si será capaz de apuntarse un nuevo hito con los bises. Cuenta ya en su historial con los dos que le reclamó el público en su debut de hace un lustro en el coliseo madrileño con La hija del regimiento, también de Donizetti.
Camarena (Veracruz, México, 1976) y Leo Nucci son los únicos cantantes con ese récord desde la reapertura del Real en 1997.
El tenor se pone la venda antes de la herida: "Ahora mismo pienso que no, que no habrá un bis. Primero porque depende absolutamente de que el público lo pida pero también de cómo yo me sienta porque llevo el último mes batallando con alergias y con una inflamación de los cornetes, por eso hoy pienso que no", ha explicado a Efe.
Si no es la noche extra del 9 de noviembre, Camarena tendrá unas semanas por delante para conquistar al, a su juicio, "público muy exigente" del Teatro Real. Bien en la gala benéfica del 13 de noviembre y o en Il pirata, de Vincenzo Bellini, entre el 30 de noviembre y el 20 de diciembre, donde interpreta a Gualtiero.
En la presentación de su vuelta a Madrid, Camarena -próximo a cumplir 15 años de carrera- ha admitido que "las oportunidades se presentan cuando uno está listo para aprovecharlas", al tiempo que ha criticado que "los jóvenes quieren cantar los grandes roles cuando no pueden sostener los más pequeños", porque "no tienen paciencia" con su "desarrollo vocal" para "avanzar e implicarse en repertorios cada vez más exigentes".