"Las religiones desaparecidas resultan mucho más enriquecedoras para la literatura. La gente que cree en religiones actuales cree que ya tiene las respuestas para todo, y a mí me interesa mucho más buscarlas", manifestó Rushdie en un debate durante la octava edición de la Fiesta Literaria Internacional de Paraty (Flip), a 261 kilómetros de Río de Janeiro.
La fama de Rushdie como escritor comenzó con la polémica "Los versos satánicos" (1988), una novela simbólica llena de referencias a la religión musulmana que desató la ira de los fundamentalistas islámicos y le valió la condena a muerte ("fatwa") por parte del líder iraní.
Nacido en el seno de una familia musulmana rica en la India, Rushdie fue enviado a Inglaterra a los trece años y se licenció en la Universidad de Cambridge, una formación occidental que le permitió mostrar una visión crítica sobre muchos temas vetados por los fanatismos.
"La India como país nació en un momento de mucha violencia y, como fruto de esa generación, piensas en cómo evitar que eso se repita", explicó, y añadió que él mismo nació en un contexto de fanatismo religioso antes de recibir la "fatwa" de Jomeini.
Rushdie, quien ya participó en el festival literario de Paraty en 2005, presentó su nueva novela, "Luka y el fuego de la vida", que el novelista escribió para su hijo pequeño, Milan, cuando este supo que su padre había escrito "Harún y el mar de historias" (1990) para su hermano mayor.
"Sin él (Milan) no habría libro. Cuando él leyó el libro que escribí para su hermano, me preguntó: ¿dónde está el mío?", bromeó Rushdie.
En "Luka y el fuego de la vida", Rushdie recupera la trama del contador de historias que aparece en "Harún y el mar de historias" y añade un nuevo protagonista, el pequeño Luka, que ayuda a su hermano mayor, Harún, en su aventura por ayudar a su padre.
El propio autor comparó "Luka y el fuego de la vida" con un vídeojuego de los que tanto gustan a su hijo aunque, en este caso, el héroe de la historia lucha para salvar a su padre: toda una declaración de intenciones sobre la dificultad de mantener los valores en el mundo globalizado y un tanto despersonalizado.
Preguntado por el auge de los dispositivos electrónicos y la eventual desaparición de los libros impresos en papel, el escritor expresó su esperanza de que estos acaben sobreviviendo a "todas esas modas" de la era tecnológica.
"Radio, cine, televisión, todo fue creado para asesinar los libros", denunció Rushdie, aunque argumentó: "si se vierte una lata sobre un lector digital, este va a perder todas las informaciones, pero eso no pasa con los libros".
Aunque el Gobierno británico e Irán firmaron en 1998 un acuerdo para enterrar la "fatwa" que lo condena a muerte, Rushdie sigue recibiendo amenazas de muerte: un sentimiento de persecución eterno retratado en su próximo libro, que ya está listo para ser publicado.
Junto con Isabel Allende, quien ayer acudió a la Flip para participar en un debate sobre su obra, la intervención de Salman Rushdie fue una de las citas más destacadas del evento, cuya programación se extenderá hasta el domingo.