Que la cerveza es un manjar de Dios, lo tienen muy claro en esta abadía belga. Los monjes de Grimbergen volverán a elaborar cerveza por primera vez en 225 años.
La abadía ya ha plantado lúpulos en su jardín. De momento elaborarán su cerveza artesanal a pequeña escala a partir de unas recetas que se perdieron con la revolución francesa, pero que ahora las han encontrado ocultas tras un muro de la biblioteca.
La receta que elaboren aquí terminados los maitines, será diferente a la cerveza comercial Grimbergen. Eso sí, han adaptado el sabor de la receta original a los paladares más terrenales del siglo XXI.