Gina Carano: la guerrera de Star Wars que se rebeló contra la cultura de la cancelación
La actriz ha sufrido un ataque masivo en redes sociales por no publicar mensajes explícitos de apoyo al movimiento Black Lives Matter
Carano se ha rebelado contra las criticas, se han negado a disculparse y ha acusado a sus acosadores de totalitarios
La actriz y exluchadora de artes marciales mixtas Gina Carano, que da vida a una exsoldado de élite de la Alianza Rebelde en la serie ‘The Mandalorian’, se ha convertido en una de las últimas víctimas de la popular ‘cancel culture’ o cultura de la cancelación, una estrategia muy extendida en los últimos tiempos en las redes que consiste en acosar, insultar y tratar de expulsar de la vida pública, y de sus trabajos si es posible, a toda persona que con sus palabras o actos ofenda de algún modo el pensamiento de aquellos que lanzan el ataque.
¿Cuál ha sido el crimen cometido por la actriz Gina Carano? Pues el de no plegarse a las peticiones que se le hacen en redes para que publique comentarios de apoyo al movimiento Black Lives Matter en sus redes sociales. No es que la actriz estadounidense haya dicho nada racista, ni haya hecho comentario alguno que apunte en esa dirección, la campaña de acoso se produce porque no se ha pronunciado en favor de un movimiento concreto.
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Por dicha omisión le han dedicado comentarios como: “puta racista”, “abandona tu carrera jodida racista” o “si no apoyas a Black Lives Matter eres una racista, fin de la historia” entre otros ataques que recopilaba el tuitero Dataracer en un hilo en el que mostraba su apoyo a la actriz.
La respuesta de Gina Carano ante esta campaña de acoso ha sido la de no plegarse a las demandas de quienes le reclaman un apoyo expreso al movimiento Black Lives Matter y que, ente otras cosas, le exigen que publique mensajes como A.C.A.B, un acrónimo de "All Cops are Bastards" (Todos los policías son unos bastardos).
Carano ha denunciado los ataques a los que se está viendo sometida y ha acusado a quienes la insultan y la llaman racista de totalitarios. Su primera respuesta fue colgar una foto histórica en su cuenta de Twitter en la que se puede ver a un numeroso grupo de personas, todos haciendo el saludo nazi, menos una, un hombre que permanece con los brazos cruzados, al que la actriz señala con un círculo.
Además, a sus acosadores, les acusa de lanzar una campaña contra ella utilizando cuentas falsas y les ha llamado cobardes.
El pasado 4 de agosto un fan de Star Wars, o al menos eso puede deducirse de su foto de su perfil y su nick de ‘Obi Wan’ le decía a la actriz que sus acosadores no son ‘trolls’, tan sólo personas que trataban de “educarla” para que se posicionara en “en el lado correcto de la Historia”. Carano le contestaba: “En mi experiencia, gritarle a alguien que es racista cuando de hecho NO es racista, y cualquier publicación y/o investigación que hagas te mostrará eso es cierto, lo siento, pero estas personas no son "educadores" ... son cobardes y matones.
La batalla en la redes de la actriz lleva varios días abierta pero, a diferencia de otros personajes públicos, que ante campañas similares han pedido disculpas y se han plegado a las demandas de sus críticos, Carano se ha mantenido firme en su postura y con el paso de los días parece que los mensajes de apoyo a sus convicciones se están imponiendo a los de sus detractores. Una reacción que la actriz le ha agradecido a sus fans. "Justo ciando piensas que la oscuridad se cierne sobre ti todos vosotros habéis encendido una vela para iluminar mi camino", escribía Carano en su cuenta de Twitter. "This is de way" que diría el mandaloriano.
En las últimas horas la intérprete en películas como Deadpool o la saga ‘The Fast and the Furious’ publicaba: “No les gustas cuando tu autenticidad suena más alto que su fachada”.
La 'damnatio memoriae' del siglo XXI
La estrategia de la cancelación no es nueva, ni mucho menos, ya en el antiguo Egipto el faraón Tutmosis III hizo todo lo posible para borrar de la historia todo rastro de su antecesora, la reina faraona Hatshepsut, y en el Imperio Romano era práctica habitual la ‘damnatio memoriae’, o lo que es lo mismo, eliminar todo vestigio de un rival con la intención de que sea olvidado por la historia.
En la antigüedad esta condena al olvido solía ejecutarse a la muerte del afectado y la ejercía el nuevo poder ascendente. Ahora los ejecutores son las masas, desde una ideología u otra, la cancelación no entiende de derechas o izquierdas, aunque los ataques más sonados suelen provenir del sector conocido como los 'social justice warriors', y con las redes como arma principal.
Víctimas de este tipo de estrategias han sido personalidades como la actriz Scarlett Johanson, que fue acusada de tránsfoba por ser elegida para interpretar el papel de una persona transexual o la escritora J.K Rowling, creadora de la saga de Harry Potter, acusada de lo mismo por posicionarse a favor de que sólo las personas nacidas con sexo femenino pueden ser mujeres. El resultado: Johanson pidió disculpas y renunció al papel y Rowling ha visto como algunas editoriales se han negado a vender sus libros, como el protagonista de las películas basadas en su obra se ha posicionado públicamente en favor de los críticos de la escritora y como algunos fans han llegado a quemar sus libros, o algo menos drástico, han tachado su nombre de las portadas de las novelas de Harry Potter en señal de protesta.
Desde el otro lado, películas como ‘Las cazafantasmas’, la última versión de ‘Los Ángeles de Charlie’ o ‘Aves de presa’ también han sufrido campañas de críticas por presentar historias que desde ciertos sectores se consideran como propaganda de una agenda política feminista.
La casuística de la cancelación es amplia e incluso esta misma semana el escritor de la saga ‘Canción de hielo y fuego’, George R.R. Martin, ha sido acusado de cometer una ‘microagresión’ racista por no pronunciar correctamente los nombres no anglosajones de los nominados a los premios Hugo de ciencia ficción, en cuya gala online Martin fue el encargado de otorgar varios galardonas. No quedó ahí la cosa, también lo han acusado de tránsfobo por llamar a la estatuilla de los premios Oscar: “eunuco de oro” y le han llamado racista por alabar la obra de dos autores cumbre de la ciencia ficción como H.P. Lovecraft y John W. Campbell, ganadores póstumos este año de los premios ‘Retro Hugo’ y cuya figura es muy criticada desde ciertas posiciones de izquierda por su pensamiento político al que tachan de racista.
La respuesta de Martin ha sido una disculpa por su mala pronunciación. Ha dicho que no le dieron una guía fonética de los nombres y que es muy malo pronunciando. “La pronunciación nunca ha sido mi fuerte. Incluso pronuncio mal los nombres de mis propios personajes”. Ha zanjado.