La directora argentina ha explicado a Efe que el documental comenzó a rodarse durante los meses de marzo y abril de 2007 cuando el dibujante y ella disfrutaban de una beca en Canadá.
El frío polar de Montreal y las tormentas de nieve obligaban a aplazar las grabaciones y a cobijarse bajo techo. Unas pausas que Liniers aprovechaba para dibujar desde su ventana y que sirvieron a la cineasta de inspiración para su proyecto.
"Cruzarme con su trabajo fue como volver a tomar conciencia de la capacidad de sorprenderse ante las cosas más pequeñas", ha explicado a EFE la directora de la producción, que forma parte de la muestra de cine latinoamericano del Festival de Málaga.
Ricardo Siri, uno de los más populares dibujantes de cómic argentinos, es el centro y sentido del documental de Franca González Serra, a la vez, que una inmersión en uno de los universos creadores más sorprendentes.
También invita a una reflexión sobre la (im)posibilidad de realizar un documental sobre alguien que no se presta a ello... y hasta una delicada, hermosa declaración de amor.
La cinta supone el "reencuentro" con la vida que se logra a través de las animaciones, ha indicado González, quien ha agregado que los espectadores han dado una buena acogida al documental, que recibió en 2010 el Primer Premio al Mejor Largometraje en el Festival de Cine Documental de San Juan (Argentina).
Preguntada sobre el actual sistema de difusión de las películas, la cineasta ha considerado que "lo ideal sería democratizar la visualización de filmes de forma que no dejara de ser justo para el autor, sino que le ofreciera algún tipo de recompensa".