Sergio Andrés, sociólogo: "La globalización ha intensificado nuestro desequilibrio territorial"
"La globalización concentra las actividades, las empresas y todo el capital simbólico en las grandes ciudades"
"Cuando se habla de reindustrialización no se trata de que vuelvan otra vez las chimeneas de las fábricas"
"A las ciudades pequeñas les cae el sambenito siempre de que son conservadoras y no siempre es verdad"
La despoblación en las ciudades medias española es cada vez más patente. Territorios que envejecen, que pierden recursos económicos, que carecen de proyecto. Es La España en la que nunca pasa nada (Akal, 256 pags). Así se titula el libro de Sergio Andrés (Logroño, 1973), un sociólogo de la Universidad de La Rioja que ha retratado como el interior de España forma parte de esas regiones perdedoras de la globalización en la que la falta de proyecto condena a las generaciones a la emigración.
La invisibilización del problema y la miopía por buscar soluciones iguales para realidades distintas son las claves por las cuáles estos territorios carecen de futuro.
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Pregunta: ¿España Vaciada o vacía?
Respuesta: Ninguna. Sinceramente, a estas alturas del partido yo creo que ninguno. El concepto de España vacía es más pertinente porque sí es cierto que hay unas zonas de nuestro país que siempre han tenido bajas densidades de población, lo cual no quiere decir que estén vacías porque hay gente en estos lugares. Este concepto ha permitido la visibilización de este fenómeno. Porque aunque esto es un cuestión estructural de España se ha puesto de moda. España vaciada no me gusta porque implica una intencionalidad de vaciar unos territorios y obligar a unas personas a irse y creo que no se corresponde. Es verdad que las condiciones estructurales perjudicaron al medio rural y ciertas decisiones políticas, económicas y sociales ayudaron, pero yo creo que la gente cuando se iba del medio rural se iba con el sentido de mejorar las condiciones de vida que tenían porque eran unas zonas que en muchos casos tenían una situación de precariedad.
P: En el libro apuntas a una conexión entre la extrema derecha y estas ciudades como EEUU, Reino Unido y Francia, algo que aquí aún no ha ocurrido
R: Sí. Lo tenemos que observar lo que está pasando en Francia con el fenómeno de los chalecos amarillos. Partimos de la base de que somos un país con un desequilibrio territorial. Si tenemos territorios donde se produce un envejecimiento de la población, se producen transformaciones de la estructura productiva que dan lugar a proyectos de vida más difíciles y la gente tiene que salir sí o sí a buscarse la vida a otras ciudades, al final la extrema derecha encuentra un sitio fértil para que germine su discurso. España tiene una extrema derecha que por su naturaleza está más alejada de las clases populares porque siempre ha sido una extrema derecha elitista. Hasta ahora lo han utilizado en los territorios donde pueden hacer bandera del tema de la inmigración y para los perdedores de la globalización cuando se ven con una ausencia de perspectivas hay riesgo de que, si no se dan unas alternativas, la extrema derecha pueda entrar ahí como ha ocurrido otros países como en Estados Unidos, en Francia y en Reino Unido. De momento, a los partidos políticos de nueva formación de los últimos diez años les ha costado mucho entender la dimensión territorial de España.
La gente cuando se iba del medio rural se iba con el sentido de mejorar las condiciones de vida que tenían porque eran unas zonas que en muchos casos tenían una situación de precariedad
P: Vamos que es un problema más de la denominada nueva política que de ciertas ideologías
R: No es que sea un problema de la nueva política de si no quieren, es que son partidos con una concepción del estado muy centralista que no entienden lo que son las regiones. Por ejemplo Vox. Aunque haya un nacionalismo español presente en todas las regiones, no es el mismo nacionalismo para todos los territorios. En el caso de Podemos hemos visto cuál ha sido su trayectoria en determinadas regiones. Ciudadanos, con una visión muy centralista a imitación de Francia y la propuesta de eliminar las diputaciones provinciales, peor aún. No entender esa diversidad de España, los ha penalizado.
P: Citas el ejemplo de los gobiernos conservadores de Madrid y progresistas de Zamora como ejemplo de clichés que no se corresponden con la realidad respecto a las tendencias políticas de las ciudades pequeñas
R: A las ciudades pequeñas les cae el sambenito siempre de que son conservadoras como si no hubiéramos salido de la Calle Mayor, con los curas paseando y los chavales jugando al fútbol como la película de Juan Antonio Bardem. Es cierto que eran ciudades donde era más fácil mantener el control social y parte de esos discursos vienen también porque muchas personas se marchaban a estudiar y vivían vidas menos opresivas en las grandes ciudades. Pero los indicadores están ahí. Hay ciertos elementos conservadores pero no es como en el pasado. Y luego tienes el ejemplo de Madrid, que parece que es el summum de la libertad y lleva décadas con gobiernos conservadores aunque es cierto que los conservadores de Madrid son distintos a los del resto de España.
A los partidos políticos de nueva formación de los últimos diez años les ha costado mucho entender la dimensión territorial de España
P: Es el cambio que ha vivido España que tú lo señalas en el acceso a la universidad y cómo se generaliza de una generación a otra
R: Es que para la generación de los nacidos en los 70, salir de casa a estudiar era una transformación brutal y sin precedentes en su mundo cotidiano. La gente de clase trabajadora apenas había salido más que para ir al pueblo familiar de vacaciones. Ahora, los jóvenes, afortunadamente, tienen otros universos simbólicos muy distintos. Pero para esas generaciones que salían de ciudades pequeñas y medianas ir a estudiar era un acontecimiento y además dentro de esa movilidad social suponía un punto de inflexión. Para muchas de esas familias era un esfuerzo muy grande económicamente.
P: En ese sentido el hecho de que se hayan multiplicado los centros universitarios por toda España facilita ese acceso a los estudios superiores
R: Antes no era nada fácil ir a la universidad y tener estudios superiores. Que en España tengamos un sistema de universidades donde muchas regiones tengan su universidad es muy positivo porque evidentemente estás haciendo un servicio público determinante. Otra cosa distinta es que muchas de estas personas lamentablemente no encuentren ocupación. Eso no es problema de la universidad, es por el modelo productivo que tenemos. Achacar la culpa a que hay muchas universidades y que la gente estudia cosas que no sirven me parece de una indignidad brutal. Lo que falla es el modelo productivo y es lo que hay que cambiar. Hay una contradicción muy fuerte porque te dicen “usted sea lo que quiera ser, desarrolle su vocación de lo te gusta”. Y luego te dicen que has estudiado una carrera que no tiene salida. Al final aquí lo que hemos hecho ha sido construir un modelo y no hemos aprovechado las oportunidades que hemos tenido para cambiar ciertas cuestiones. Que es cierto que no es tan fácil porque también dependemos de la UE, pero algo podremos hacer.
Que en España tengamos un sistema de universidades donde muchas regiones tengan su universidad es muy positivo porque estás haciendo un servicio público determinante
P: Dices que la globalización se lleva a cabo en grandes ciudades y eso ha generado que estas ciudades se consideren perdedoras de la globalización
R: Las grandes ciudades son las protagonistas de la globalización son los grandes ejes que sobre los que ha pivotado. Concentran población, concentran actividades concentran más recursos y se da esa desigualdad. Muchas veces funciona de forma sutil pero es lo que ocurrió en Reino Unido con el Brexit, en EEUU con las costas o aquí en España con Barcelona y sobre todo Madrid. Los territorios del interior peninsular van perdiendo industria, van perdiendo sector secundario, el sector primario en algunos casos empieza a estar muy tocado y te vas quedando atrás en esos flujos globales. Esto no es una crítica a la globalización, pero te has quedado fuera de esos flujos por mucho que te vendan que con Internet no hay distancias y vas a poder estar. Pues no. El solucionismo tecnológico tampoco funciona. Esto genera desigualdades y colectivos que empiezan a tener dificultades en sus proyectos de vida. Y eso puede dar lugar a un descontento y a una falla en la conversión social y ahí es donde tenemos el problema. Ese es el reto para territorios envejecidos con índices de decrecimiento como estamos viviendo en Zamora, Jaén, Teruel, Huesca… Esos territorios se quedan en un segundo plano porque la globalización concentra las actividades, las empresas y todo el capital simbólico en las grandes ciudades. A las pequeñas y medianas ciudades nos ha pasado como a las clases medias: Hemos podido ascender socialmente a través de niveles de estatus pero desde la crisis de 2008 nos hemos vuelto a ver con un escenario complejo. Ahora con la pandemia y el teletrabajo se ha querido recuperar el discurso de que vas a poder vivir en una ciudad media aunque trabajes en una grande. Bueno, pues no siempre.
Se trata de que podamos generar actividades que no estén basadas en un sector turístico de fin de semana o de puente
P: Pero al final nadie se ha marchado de una gran ciudad de forma definitiva
R: Porque esto es un proceso acumulativo. Madrid va creciendo y va absorbiendo población de otras provincias y otras regiones que tienen que ir a Madrid a buscar un proyecto de vida.
P: Nuestra ley electoral sobrerrepresenta a las provincias pequeñas y despobladas y sin embargo no por eso han sabido sacar rendimiento de ese peso electoral como sí han hecho Cataluña, País Vasco y Canarias en menor medida
R: Es que son territorios que reparten pocos escaños en general y luego son territorios que a pesar de esta sobre representación, los partidos mayoritarios han tenido un protagonismo absoluto. Lo que está ocurriendo con plataformas como Teruel Existe, no sé si es la solución, pero desde luego es interesante de analizar y obviamente aluden a esa sensación situación de agravio. Las delegaciones regionales de los partidos mayoritarios en estas regiones han sido muy fieles a la disciplina de partido, por convencimiento o necesidad, pero al final son zonas que no cuentan. Es curioso, además, como la nueva política también ha repetido los mismos modelos como ya he explicado antes.
Cuando te venden un proyecto con la etiqueta "Slow, Smart y Green" me echo a temblar
P: ¿Crees entonces que la solución pasa por plataformas como Teruel Existe?
R: Es que al final el ciudadano de Teruel está viviendo ese discurso de agravio y ve plausible. Y el de Zamora, y el de Extremadura, que ve cómo sus trenes son un desastre. Al de Granada que le llega el AVE de aquella manera… Cuando estos discursos calan, es que hay algo detrás. Es posible que haya más reivindicaciones basadas en esa situación porque estas regiones están viendo como su situación es cada vez más complicada. Es cierto que en estas regiones también se puede vivir bien, pero solo en situaciones concretas de cierto privilegio y no de forma generalizada porque falta un proyecto para estas regiones. Por eso, es factible que ciudadanos de estos municipios puedan ver en un modelo Teruel Existe una salida una vía para reivindicar sus necesidades y visibilizar su situación. Lo importante también es que consigamos visibilizar que en este país tenemos un desequilibrio territorial estructural y que la globalización la intensificado.
P: Hablas de la necesidad de adoptar medidas estructurales que introduzcan cambios en la vida de estos territorios pero ¿a qué tipo de medidas te refieres?
R: Cuando se habla de reindustrialización no se trata de que vuelvan otra vez las chimeneas de las fábricas. En otro contexto estos territorios fueron dinámicos y crecieron y tuvieron una evolución y un desarrollo muy positivo. En el modelo productivo de Occidente, sector secundario sigue siendo determinante y lo acabamos de ver. La pandemia de la Covid19 ha demostrado que los territorios que han abordado mejor la situación han sido los que tienen sector secundario potente y un importante sector primario. Hay que ver qué tipo de sector secundario podemos desarrollar dentro del tablero este que tenemos, porque al final estamos en la globalización. Y donde sea posible, nos apoyamos en el sector primario y todo lo que viene derivado del sector primario. Y luego sobre todo por cierto reemplazo generacional que no se da. Igual todavía no sabemos tanto que hay que hacer, pero sí lo que no hay que hacer. Cuando te venden un proyecto con la etiqueta Slow, Smart y Green me echo a temblar. Hemos visto cómo las soluciones que nos hemos comprado en los últimos 20 años han servido para que la desaparición de empleos del sector primario o secundario ha servido para sustituirse por empleos no cualificados del sector terciario. La solución no consiste en que saquemos a un millón de madrileños y lo repartamos porque, a veces es lo que se da a entender. Se trata de que podamos generar actividades que no estén basadas en un sector turístico de fin de semana o de puente. Hay que dar a cada uno según sus posibilidades y sus fortalezas un proyecto. Pero no un modelo homogéneo a todos como hemos hecho hasta ahora. Y estos territorios tienen que ser conscientes de que tienen que ir unidos en esta pelea. Que al final parece que estamos en la competencia por atraer fondos para convertirnos todos en Silicon Valley.