Marwán se defiende con versos en su nuevo libro: "Ver en Twitter gente insultándote es desagradable"
El cantautor y poeta publica su nuevo libro 'Una mujer en la garganta'
Marwán se ha consolidado como un fenómeno literario que causa furor en las redes
Se considera "apátrida" en un mundo poético tradicional que le cuestiona
Un músico con vocación de poeta y un poeta que escribe versos como si fuera un músico. Así se define el cantautor y poeta Marwán, que publica su cuarto libro, Una mujer en la garganta (Planeta).
Reconoce que se le ha quedado más de una mujer atragantada. "Imposible ser poeta sin ser enamoradizo, sin enamorarse del amor". Pero en este poemario no habla solo de pasiones intensas. También lo hace de inconformismo. "De la necesidad de la rebeldía, de salir de los caminos marcados y de huir de los rebaños. De encontrar tu voz y tu lugar", explica Marwán.
De eso sabe mucho. Reconoce sentirse "un verso suelto". Alguien alejado de etiquetas, difícil de encajar en ningún molde, ni siquiera en el suyo propio. Algo que le hace único pero que le cuesta algún disgusto. Le ha convertido en foco de críticas de otros poetas tradicionales que niegan que lo que él hace sea auténtica poesía.
Pregunta. Su libro destila amor, rebeldía y un cierto resentimiento hacia esos poetas que le denostan...
Respuesta. Han dichos cosas muy feas de mi, parece que la poesía es un privilegio para unos pocos en lugar de un derecho para todos. Ver en twitter hilos de gente insultándote es un poco desagradable. Por eso he incluido tres poemas en el libro sobre esto. Son una especie de autodefensa, una forma de revalorizar lo tuyo.
P. En uno de ellos escribes: "Cuando el país de la poesía se llena de legisladores que dicen cómo has de escribir para ser un poeta aceptable, solo queda una salida: ser un apátrida"...
R. Sí, siempre me he sentido un poco apátrida, quizás porque mi padre es palestino. Esto no significa que sea mejor ni peor. Solo que me he sentido en ocasiones ajeno a determinadas cosas. Pero no voy a permitir que nadie diga que no soy un poeta. Lo soy. Tengo una visión poética constantemente sobre las cosas. Simplemente no me siento de ninguna corriente poética, soy un verso libre.
P. ¿Y qué es la poesía para ti?
R. Para mi es una forma de mirar el mundo. Una manera de captar matices que se nos escapan, de capturar el alma secreta de las cosas. La poesía rescata la magia que hay en la vida, le devuelve su grandeza. Es como si al mirar a través de la poesía la vida recobrara su color, su intensidad. A veces, en la cotidianidad, se nos escapan muchas cosas y yo siento que el ojo del poeta es capaz de rescatar toda la riqueza y todos los matices y todos los sabores de la vida para que sean más nítidos y puros.
P. La gente cada vez lee menos poesía, ¿crees que es más necesaria que nunca?
R. Sí. Lo primero porque nos acompaña, luego, porque nos hace felices. Es una de las ramas principales de la cultura y sin cultura seríamos unas bestias. También porque ensancha la vida y porque la ciencia tiene unas limitaciones a la hora de explicar el hecho de vivir. La ciencia llega a muchos lugares, pero hay otros a los que no alcanza y ahí es donde entra en juego la poesía, que es una especie de ciencia de los sentimientos, y abarca esas zonas que quizás a través de la ciencia no pueden ser abordadas.
P. ¿Y cómo distinguir la buena de la mala poesía?
R. Para mí un poema es bueno cuando me emociona, cuando consigue contarme algo que no sabía o algo que sí sabía pero no sabía expresar y de repente lo veo bien plasmado en un papel.
A veces los buenos poemas mezclan técnica y emoción. Otras veces no hace falta que haya mucha técnica si hay emoción. Lo fundamental es que resulte evocador, que despierte algo en ti. Que te conmueva, que te remueva, que te sorprenda.
P. Hay muchos poemas de amor en este libro...
R. A mi me han encantado siempre los poemas de amor, de desamor, la poesía erótica, los amores arrebatados... Yo vengo de una tradición de cantautores, que han escrito grandísimas canciones de amor, que nos han contado nuestra vida, y yo quiero seguir en eso también. En tratar de desvelar estos secretos, esas aristas, esas cosas ocultas que se nos escapan y quiero contarlas a través de mis poemas y a través de mis canciones.
P. En el libro dedicas el poema Sesentaydiez...
R. Sabina es uno de mis principales referentes. Seguramente el artista que más ha influido en mi vida. Cuando cumplió los 70 me pidieron que escribiera alguna reseñita o que le hiciera un vídeo. Cualquier cosita. Y decidí escribirle esos endecasílabos de amor eterno. Y me quedaron muy redondos.
P. A él también le han criticado mucho. ¿Te sientes identificado de algún modo?
R. Sí, y siendo un poeta superlativo para mi gusto se le ha criticado sin razón desde el mundo poético. Yo me he sentido identificado con Sabina con todo, pero como artista y personaje soy mucho menos pintoresco, él mola.
P. Para muchas generaciones Sabina ha sido un referente. Tú no crees que lo seas para las jóvenes generaciones?
R. Yo no sé si he sido o si soy referente, no lo creo, pero es bonito que desde fuera la gente lo vea así.
P. ¿Te sientes más poeta o músico?
R. Yo soy músico de inicio porque es donde he desarrollado toda mi carrera desde hace más de 20 años, lo que pasa es que siempre he tenido unas grandísimas inquietudes poéticas y a la vez que empecé a escribir canciones con letras muy poéticas, pues también escribía poemas. A los poemas solo empecé a dedicarme en serio hará 12 o 13 años, hasta entonces la poesía era una simple válvula de escape.
P. ¿Recuerdas a qué edad escribiste tu primer poema?
R. Sí, tendría 7 u 8 años. Fue un poema rimado, pero yo no pensé jamás en ser poeta, de verdad. En aquel momento solo quería ser feliz. Era un niño un poco infeliz, abrumado porque no sabía manejar mis emociones, que a veces surgían con mucha fuerza y me llevaban por delante.
P. Estás describiendo la infancia prototípica de un poeta atormentado...
R. Ja, ja, ja. Puede ser, demasiado agitado en todos los sentidos, demasiado sensible, demasiado bruto, demasiado todo. Pero de verdad que nunca pensé "voy a ser poeta". Algo así me parecería una falta de respeto a la poesía. Lo que uno quiere es escribir y emocionarse. Simplemente me empecé a enamorar de poemas de determinados autores y empecé a escribir porque me sentía bien tratando de explicar ese magma emocional que tenía yo por dentro, que era incapaz de entender.
P. ¿Un poeta del s.XXI prefiere el poema impreso en un libro o escrito en una red social?
R. En un libro siempre. Es verdad que si me encuentro un texto precioso en una red social también lo disfruto, evidentemente. Pero un texto en papel siempre es más placentero de leer.
P. Ahora creadores conocidos como tú se están yendo de las redes sociales por la crispación que se vive. ¿Tú has tenido la tentación?
R. Sí, de hecho alguna vez me he ido un par de semanas de Twitter para descansar un poco. A veces se hace insoportable la crispación, el ruido y la confrontación constante. El ambiente beligerante. No sé, es que está todo demasiado incendiado y es verdad que a veces eso cansa.
P. ¿Y eso te ha limitado a la hora de publicar alguna opinión? ¿Te has censurado por evitar el aluvión de haters
R. No, generalmente no. Si tengo algún pensamiento político que me gusta defender, lo pongo y me quedo más ancho que largo. Luego aparecen algunos que insultan y ya está, los bloqueas y tan a gusto.
Pero es cierto que a veces también me callo. Pienso, ¿esto que voy a decir va a aportar algo o solo es una rabieta mía que va a incendiar las redes? El sentido común y la ética me ayudan a tomar la decisión. Aunque a veces pongo cosas enfadado. No soy tan perfecto ja ja ja.
P. ¿Qué te gustaría que dijeran de tu libro?
R. Más que decir, me gustaría que sintieran. Que se emocionaran, que lo disfrutaran, que se sumergieran en el lenguaje poético del libro y se sintieran como en casa. Que lo cogieran entre sus manos, se relajaran y se dejaran llevar por el poder de las palabras.
P. ¿Y a Marwán como persona, no como escritor, cómo le gustaría que le viera la gente?
R. Supongo que quiero que me vean como una buena persona, un tipo de fiar. Eso está bien. Una persona de fiar. Pero cuidadito, que salto si me tocan los cojones...jajaja.