Mujer, madre, latina, inmigrante. Pesadas losas de partida. Haber pasado por encima ellas dice mucho de la tenacidad de la escritora Silvia Moreno-García (México, 40 años). Columnista en el Washington Post, autora superventas en las listas The New York Times, premio World Award Fantasy como editora y dos veces consecutivas nominada a los premios Nebula.
De risueña tez morena, parece enmascarar así un cierto pudor con el que desliza cada una de sus palabras. Atrincherada en sus gafas de pasta atiende en exclusiva a NIUS cuando la ola de calor aprieta en la Columbia Británica (Canadá), donde reside, y cuando no han pasado ni 72 horas desde que añadiera una muesca más a su batalla silenciosa contra los clichés al convertirse en el primer autor de origen hispano en recibir el prestigioso premio Locus a la mejor novela de terror. Lo ha conseguido con Gótico (Minotauro) que acaba de publicarse en España. Una novela de mansiones encantadas en el México de los 50 y con una protagonista latina. Sueños inquietantes y una familia oscura pero también relaciones tóxicas, violencia doméstica, racismo y colonialismo.
Ahora el público anglosajón la adora pero cuando llegó como inmigrante al país del arce tuvo que malvivir con trabajos precarios y sufrió (sigue sufriendo) en primera persona la discriminación. Parte de su tiempo lo dedica a visibilizar a las minorías indígenas canadienses. Desde su casa en Vancouver, a través de Zoom, hablamos con ella de literatura gótica, de Lovecraft y Jane Eyre, de dislexia, vampiros gays y memoria histórica.
Pregunta: Su carrera como escritora hasta llegar aquí no ha sido precisamente fácil. Primero por su condición de inmigrante.
Respuesta: Vine a Canadá con mi marido que es mexicano también. Los primeros años fueron muy difíciles. Hubo momentos en los que pensamos en regresar a México porque no había trabajo o el trabajo era malo. Cuando llegas a otro país, especialmente en países anglosajones como Estados Unidos y Canadá, no importa lo preparado que estés, lo inteligente seas. Si la gente nota tu acento piensan que eres tonto. Tu formación y experiencia previa no valen nada.
P: ¿Por qué dejó su país natal?
R: Yo nací en el norte de México junto a la frontera con Estados Unidos. Y no sé si es por eso, pero teníamos muchos libros en inglés en casa. Leyendo libros descubres cómo son las cosas en otros lugares, me llamaban la atención. Eso me ocurrió con Canadá. Quería una vida mejor y otras oportunidades.
P: Ahora incluso tiene la nacionalidad
R: Sí, tengo la nacionalidad canadiense. Hay muchas cosas que me gustan de Canadá. Quiero mucho al país y también quiero mucho a México. Sin embargo, eso no significa que puedas ignorar los problemas que existen en una sociedad. Canadá tiene problemas de racismo y discriminación con inmigrantes y personas que vienen de otras partes del mundo y también localmente con sus grupos indígenas.
P: ¿Es cierto que usted empezó a escribir como medio de supervivencia?
R: Sí, totalmente cierto. Estaba con un niño pequeño en casa y mi marido trabajaba de camarero en dos lugares distintos. Llegaba de un turno, dormía unas cuantas horas, salía y volvía a hacer otro turno para tratar de ganar dinero. Empecé a escribir pequeños artículos para un periódico de los que daban gratis por las esquinas. Me pagaban 30 dólares que me gastaba en comprar pañales. Yo había escrito relatos cortos antes, así que escribí uno y decidí mandarlo a una revista y lo publicaron. Me pagaron 10 dólares. Me dije "si vendí uno puedo vender 10" y empecé a enviar más relatos a revistas pequeñas y no profesionales. Empecé a hacerlo para colaborar económicamente y en parte también porque me liberaba de ciertas frustraciones por no conseguir otras cosas en otras áreas.
P: Y disléxica...
R: Sí, entre otras cosas. Soy disléxica, pero ya llevo tantos años con esto que llamamos discapacidad invisible que pienso que si puedo arreglármelas en mi entorno sin problema hoy en día, porque he logrado hacerlo, ¿Tengo una discapacidad o no? También soy obsesivo compulsiva y tengo ciertos tics nerviosos. Escucho música cuando estoy escribiendo y a veces es la misma canción una y otra vez.
P: Sus primeras novelas también tuvieron obstáculos por su empeño en situarlas en México.
R: Algunos editores me decían que mi trabajo no podían comprarlo, aunque era bueno, porque estaba ubicado en México y nadie iba a leer un libro ubicado en México. Como si todos los libros publicados que están ubicados en Nueva York se vendieran. Si son un fracaso, nadie dice que esa sea la razón por la que no venden.
P: Ha defendido siempre la diferencia y por eso se embarcó en la edición de toda una rareza: una colección de relatos cortos de terror escritos por mujeres titulado She Walks in Shadows. Por ello fue recompensada con el premio World Fantasy Award en 2016.
R: Mi coeditora Silvia Stiles y yo nos dimos cuenta de que había muchas autoras de terror infrarrepresentadas. Creamos una pequeña editorial y reunimos a unas cuantas en la antología. Lo hice porque me interesaba sin importarme tanto a dónde iban a llegar. El premio me dio un reconocimiento que me ayudó después a vender mi primera novela Signal to Noise.
P: Siendo el español su lengua materna, escribe usted en inglés.
R: Porque hasta ahora no existía interés en español para publicarme. Creo que uno de los problemas de México, y también en Canadá, es que o hay muy pocas editoriales o directamente no hay sellos de ciencia ficción, fantasía y de terror.
P: Hablemos de Gótico. Su novela recién premiada con el Locus será la primera que sus lectores podrán leer traducida al español. Antes de la publicación se quejó de que la editorial no le consultara sobre este punto, pero finalmente en los créditos de la novela aparece como una "traducción revisada y aprobada por la autora".
R: Hubo un problema de comunicación. No quiero culpar a nadie específicamente pero no se me informó oficialmente. No había visto el manuscrito, ni la portada, ni sabía quién era el traductor. Me enteré por Twitter. Pedí a la editorial el manuscrito porque leo español, obviamente, y cuando lo vi me di cuenta de que el texto estaba completamente españolizado. Me dijeron que era porque tenía que ser publicado en español neutro. Y eso fue un problema muy grande, porque hay ciertos modismos y maneras de hablar que nosotros no usaríamos en México y que si se publicaban en latinoamérica tal cual iba a parecer que todos los personajes eran españoles. ¡Y es una novela ubicada en México con una protagonista mexicana! Finalmente llegamos a un acuerdo y pude modificar el texto. Yo nunca había trabajado con una editorial en español así que también a mí me faltó conocimiento del funcionamiento de las cosas.
P: Sin desvelar mucho... Gótico también aborda el tema de la maternidad y el legado genético. Se lo ha dedicado usted a su madre.
R: Cuando era niña en casa teníamos una colección muy amplia de literatura: de ciencia ficción, de fantasía y de terror. Mi madre era muy aficionada a la literatura de terror y también a las películas de terror. De ella aprendí eso. Mi padre, en cambio, me inculcó el gusto por la ciencia ficción.
P: Noemí, la protagonista, en su esfuerzo por ayudar a una prima atrapada en un casa que oculta horrores sufre discriminación por su raza e incluso violencia sexual.
R: La novela trata de poner al día lo que ocurre ahora con las diferencias de poder. Lo que pasa cuando presentas a una protagonista que no es blanca en un mundo de blancos y cómo esas interacciones pueden llevar a conflictos. En mucha de la literatura gótica existía violencia sexual. Pero no se solía abordar directamente. En clásicos como Jane Eyre, el marido tiene a su mujer encerrada en el ático. Él dice que está loca, pero la realidad es que hay una mujer que está encerrada en el ático y que no está recibiendo cuidados médicos. Eso es un tipo de abuso y no, como a veces la literatura gótica lo representa, algo romántico. Yo quería abordarlo de otra manera. Mostrarlo directamente, sin ambigüedades y que quedaran claros los abusos.
P: ¿Hay un resentimiento hacia la élite blanca de ayer y de hoy que oprimen a las minorías?
R: Tenemos que ser honestos en que hay ciertos errores y cuestiones que hemos cometido en el pasado y no podemos decir que no sucedieron, pero no hay resentimiento. Siendo yo mexicana, también soy una mezcla de grupos indígenas y de otros grupos que llegaron a México. No podemos esconder el pasado porque el pasado es como una casa embrujada. Los fantasmas salen y te espantan por las noches porque sucedió algo malo. Si queremos exorcizar los demonios hay que mira a la cara a los fantasmas, admitir los errores que se cometieron en el pasado, tratar de rectificar y de cambiar lo que hacemos en el futuro.
P: ¿Se podría decir que es una novela feminista?
R: Siempre me da miedo usar alegremente el termino feminista, pero sí, me imagino que maneja ciertas cuestiones que podríamos decir que son feministas.
P: Usted rompe algunos de los principios de la novela gótica pero a la vez reivindica a los clásicos.
R: Así es. Hay muchos elementos clásicos que me que me fascinan. Por ejemplo, Edgar Allan Poe tiene una cierta manera de describir un cementerio que dices !guau! Ese tipo de cosas me encanta. Así que es como ir armando un kit de legos. Tomas pedacitos de aquí y allá intentando hacer algo diferente.
P: Gótico esta ambientada en una localidad minera ficticia llamada El Triunfo que parece salida del Drácula de Bram Stoker pero que está basada en un pueblo real llamado Real del Monte.
R: Uno de los problemas es que las personas no saben mucho acerca de México. Piensan que la topografía del país es toda la misma. Y no es así. Yo vengo del norte, donde a lo mejor es más desértico, pero en el sur hay junglas y el centro es diferente. Hay muchas ciudades excoloniales y mineras como Real del Monte en la que los ingleses tuvieron una presencia importante.
P: Esa es otra cuestión que usted plantea en la novela, la explotación de los recursos naturales de México por extranjeros.
R: Eso es algo que continúa sucediendo en muchas partes del mundo. En su momento, América en general se tomó como territorio virgen donde Europa podía tomar lo que quisiera y a nadie le iba a importar porque los indígenas no contaban para nadie, pero el caso es que vivían allí.
P: ¿Siente ahora que se encuentra en una posición de poder?
R: Creo que mi situación está cambiando en este momento y que obviamente hay lugares que nunca me hubieran puesto la atención que me ponen ahora. Nunca pensé que sería publicada en español, para ser honesta. Ahora, con el reconocimiento que estoy teniendo, quizás sea posible hacer otro tipo de proyectos que no sean necesariamente en inglés. Sí, es muy diferente cuando alguien quiere lo que estás ofreciendo a cuando nadie quiere lo que estás ofreciendo.
P: El marketing se esfuerza en relacionarla con H.P. Lovecraft
R: (Se ríe) Mi tesis universitaria fue sobre Lovecraft, mujeres y eugenesia y soy muy aficionada a su literatura así que no me disgusta. El problema es que solemos relacionar un tipo de literatura solamente con un tipo de escritor. Y hay más autores por ahí para descubrir. Para mí, por ejemplo, fue una influencia muy importante Horacio Quiroga y su colección de Cuentos de amor de locura y de muerte. Pero la gente no ubica tanto a Quiroga porque es latinoamericano.
P: Llegó a decir que pareciera que la literatura iberoamericana de terror o ciencia ficción no existieran con una ficción monopolizada en los titulares por el realismo mágico.
R: Ese es el problema de ver un solo punto de vista e ignorar todo lo demás. Por ejemplo: el libro La ruta del hielo y la sal de José Luis ZárateLa ruta del hielo y la sal, no es realismo mágico. Es una exploración de Drácula hecha por un escritor mexicano con un componente gay muy fuerte. Completamente latinoamericana en cierta manera. La literatura hispana no es solamente, digamos, de vainilla, sino que hay muchísimos sabores. Y cuando en los mercados para la traducción solamente favorecemos un cierto sabor, no podemos saborear todo lo demás.
P: No le gusta que la encasillen, su próximo libro: Velvet Was The Night, será una novela negra ambientada en los sucesos de la matanza del Jueves del Corpus en Ciudad de México en 1971, el conocido como Velvet Was The Night, El Halconazo
R: Lo que pasó con El Halconazo es que Estados Unidos intervino en los sesenta y setenta en muchos países de latinoamérica y de otras partes del mundo por temor al comunismo. Ayudaron a entrenar a un grupo paramilitar llamado Los Halcones, organizado por el gobierno mexicano. Se encargaron de torturar, golpear, espiar y reprimir a estudiantes y manifestantes sospechosos de ser comunistas o de izquierdas. La novela trata la desaparición y búsqueda de una joven en ese contexto.
P: Su activismo en favor de las minorías la ha llevado promover y recaudar fondos para un premio a escritores indígenas canadienses. El Indigenous Voice Awards dentro de los premios Indigenous Voice AwardsLocus
R: Sí, es importante porque las minorías tienen un trozo pequeñísimo de tarta de la industria editorial. Se la reparten los afroamericanos, después personas de ascendencia asiática y luego nos encontramos los latinoamericanos. Por último, casi nada, como 0.5 por ciento son indígenas. Cuando hablamos de minorías, hay minorías y minorías dentro de las minorías. El premio reconoce el trabajo que hacen los escritores indígenas y también tiene una cantidad de dinero. Ese cheque puede cambiar la vida de estos escritores. Estoy muy contenta de que se mantenga porque empezó con un esfuerzo informal y se ha convertido en algo más serio que está ayudando a muchos autores.
P: Y después de todo el tiempo viviendo fuera de su país. ¿Cómo se ve México desde fuera? La distancia del tiempo y la distancia geográfica.
R: Es una relación extraña, porque yo ya no soy una cosa u otra. Soy al mismo tiempo canadiense y mexicana. Canadá es el lugar en el que vivo ahora y es mi hogar en el presente. Sin embargo, México es parte de mi código genético, de una manera es lo que me formó, es mi pasado y no lo puedo ignorar, ni yo ni lo puedo olvidar. Es existir entre mundos y quizás una situación similar a cuando yo era niña y vivía junto a la frontera, vivir en frontera es como vivir entre dos espacios al mismo tiempo.
[Gótico de Silvia Moreno-García (Minotauro) se publicó el 23 de junio en España a un precio recomendado de 17.95 euros. También se encuentra disponible en formato ebook. La autora ha vendido los derechos de la novela para una serie de televisión en Hulu, servicio de streaming propiedad de Disney]