Andrea Marcolongo, escritora: “Hay que tener cuidado con el inglés como única lengua del pensamiento”
La autora italiana publica en castellano ‘Etimologías para sobrevivir al caos’, un viaje al origen de 99 vocablos
Afirma que las palabras dan forma a nuestra idea del mundo y por eso hay que cuidarlas: “Cuando nos faltan, nos falta el pensamiento”
Advierte contra la corrección política en el lenguaje y la relativización de la historia: “Se convertiría en una obra de corrección infinita”
Andrea Marcolongo (Milán, 1987), escritora y periodista, es licenciada en Letras Clásicas por la Universidad de Milán. Es autora del fenómeno literario La lengua de los dioses, de La medida de los héroes y de La lezione di Enea. Sus libros han sido traducidos a 28 lenguas. Actualmente vive en París.
Publica ahora en español Etimologías para sobrevivir al caos Etimologías para sobrevivir al caos(Taurus), donde explora las raíces de 99 términos y los desplazamientos que han sufrido a través de los siglos y los lugares para trazar la evolución de nuestra lectura del mundo.
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La importancia de las palabras queda clara en una anécdota relatada al principio del libro: en 1973 un antropólogo descubrió que el lenguaje estaba detrás de la alta tasa de suicidios en Tahití.
Pregunta: Sus habitantes carecían de vocablos para expresar el dolor del alma.
Respuesta: Es la importancia del lenguaje. No sirve para hacer diccionarios, ni para estudiarlo, sino para ser utilizado. Cuando nos faltan las palabras o son frágiles es la primera señal de que el modo de pensar se ha fragilizado. Por eso hay que cuidarlas. Cuando nos faltan las palabras nos falta el pensamiento. No podemos pensar en algo si no conocemos la palabra para decirlo. Como el dolor del alma, todo lo que no se conoce se vuelve peligroso.
Cuando nos faltan las palabras nos falta el pensamiento
P: La pereza verbal lleva a la pereza intelectual, dices.
R: Las palabras son un espejo de nuestra manera de pensar. Cuentan lo que somos nosotros, hablan de nosotros. Cuando nos expresamos mal es que pensamos mal. Hablar con pereza corresponde a un cerebro perezoso.
P: Tus descubrimientos etimológicos: ser feliz es ser “fértil”.
R: La felicidad no significa estar siempre de vacaciones o siempre contento, sino ser fértiles, dar fruto todos los días. Por eso nos sentimos frustrados cuando no hacemos aquello a lo que estamos destinados.
Leer significa elegir en qué parte del mundo quieres estar
P: Leer.
R: La palabra leer significa “recoger” y también “elegir”, que es de la misma raíz. Leer significa elegir en qué parte del mundo quieres estar.
P: Ambición, sin connotación negativa.
R: Ahora consideramos que alguien ambicioso es arrogante, manipulador o pretencioso. Pero etimológicamente significa “mirar a tu alrededor”, para luego elegir e intentar mejorar lo que hay.
P: Entusiasmo.
R: Es de mis palabras favoritas. Significa “sentir a Dios dentro”. Es la diferencia entre la poesía y la prosa de la vida. Cuando sentimos algo más fuerte de lo normal eso es el entusiasmo: la mirada del niño o nuestro equipo de fútbol.
R: Y así llegamos a nuestro "destino".
P: El "destino" no es el final del viaje, ni algo mágico. Significa que lo que nos sucede nunca puede sustraerse a nuestra responsabilidad.
La única manera de superar la soledad es diciendo las cosas, no quedarnos callados
P: Te reivindicas como "diletante”.
R: Permite definirme: no soy una estudiosa, ni una helenista, sino sobre todo una escritora que ha descubierto que lo clásico explica mejor el mundo. Como la palabra indica, ser diletante me produce mucho “deleite”.
P: Soledad.
R: Su significado lo he aprendido en carne propia. No es la soledad de Robinson Crusoe en la isla desierta. Es sentirnos solos en medio de los demás. La única manera de superarla es diciendo las cosas, no quedarnos callados. Esa es la responsabilidad del lenguaje: tenemos una manera única de hablar en nuestra cabeza y debemos compartirla con el prójimo.
P: Ansiedad.
R: Recuerda la idea de aplastar y comprimir, como cuando sentimos un peso en el pecho.
P: La corrección política en el lenguaje. ¿Qué opinas?
R: Es un tema delicado. Las lenguas cambian cuando la sociedad cambia. Es una suerte: si no las lenguas estarían muertas. No cambiamos las palabras y luego cambia la sociedad por arte de magia. Es muy importante tener cuidado con las palabras que se utilizan, pero no pueden convertirse en un velo de hipocresía: digo lo correcto pero sigo pensando de otra manera.
P: ¿Y revisar la historia?
R: Los antiguos griegos eran misóginos, pero vistos desde nuestros ojos. Relativizar la historia es muy peligroso: se convertiría en una obra de corrección infinita. No creo que corregir la historia sea el mejor modo de avanzar.
Relativizar la historia es muy peligroso: se convertiría en una obra de corrección infinita
P: El inglés coloniza todas las lenguas. Pero también lo hizo el griego antiguo.
R: Yo hablo de colonización económica: el griego se convierte en la lengua general porque es el idioma de los negocios durante el imperio de Alejandro Magno. Lo mismo pasa ahora con el inglés: nadie lo hablaría si el capitalismo no fuera sistema económico dominante. Utilizar la lengua para fines prácticos es natural. Pero no tiene que ser la única lengua del pensamiento. Hay que tener cuidado.