Si pensamos en un detective famoso nos viene a la cabeza Hércules Poirot, pero antes de que Agatha Christie diera a conocer a este peculiar investigador belga, Emilia Pardo Bazán ya había ideado a su propio detective, el madrileño Ignacio Selva. La escritora gallega fue la primera mujer en atreverse con el género policíaco.
Y lo hizo porque quería enseñarle nada menos que a Arthur Conan Doyle cómo debía ser una novela policíaca. “Ella había leído a Conan Doyle y lo despreciaba, decía que se había hecho millonario haciendo novelas de masas y quería superarlo”, explica José María Paz Gago, responsable de esta edición.
Cuando se conmemoran cien años de la muerte de Pardo Bazán, Ézaro publica su novela policíaca 'Selva', en un volumen que también incorpora 'La gota de sangre', la única obra de este género publicada en vida de la autora. El libro lleva el título de 'Los misterios de Selva'.
Han tenido que pasar muchos años para que esta historia salga a la luz. La hija de Emilia Pardo Bazán dejó en su testamento el legado de su madre a la Real Academia Galega. En 1971 llegaron a A Coruña libros, muebles, obras de arte y un par de maletas llenas de documentos y manuscritos. “Benito Varela Jácome, entonces un joven profesor, encuentra este material inédito y se entusiasma”, relata Paz Gago. Pero la tarea no era fácil, aunque estaba mecanuscrito -porque a Doña Emilia le gustaba escribir a máquina y siempre tenía el último modelo- estaba en muy mal estado, lleno de tachaduras y anotaciones a mano.
Años más tarde, Ricardo Axeitos vuelve a trabajar en esas 170 cuartillas: “Encuentra hojas traspapeladas y lo reordena. Se necesitaba una imaginación de novelista para reconstruir aquel original, porque le faltaban capítulos. Tenía delante un rompecabezas y tuve que recomponerlo”, añade Paz Gago. A la labor ayudó disponer de nueva tecnología, como escáneres. “Aún así, con lupas, focos y escáneres me dejé las córneas”, comenta divertido. Y justo cuando se celebra el centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán consigue que el libro se publique.
Doña Emilia consideraba que a Sherlock Holmes le faltaba profundidad psicológica, así que decide dársela a su detective. “Era tan avanzada a su tiempo que utiliza terminología de Freud para describir su carácter”, explica Paz Gago. El protagonista de su novela es Ignacio Selva, un dandi, un niño bien de la sociedad madrileña que se aburre y decide dedicarse a hacer de detective.
El editor destaca la capacidad de la autora para describir situaciones amorosas: “Lo hace con sensualidad, con carnalidad, como nadie las describía en aquella época. Se nota que es alguien que lo había vivido. Fue una mujer muy moderna, que tuvo amantes”. Paz Gago considera que ‘Selva’ es el eslabón perdido entre Conan Doyle y Agatha Christie: “Ese pulso que hay entre Sherlock Holmes y Scotland Yard lo tenemos aquí entre Ignacio Selva y el policía Cordelero”.
Pardo Bazán quería escribir la novela policíaca perfecta, pero el resultado no le convenció, por eso decidió no publicarla. “Doña Emilia era muy perfeccionista y muy inteligente, por eso era consciente de sus limitaciones. No estaba satisfecha con el libro y se dio cuenta de que no estaba a la altura de su obra”, afirma Paz Gago. La escribió entre 1912 y 1913, pero se quedó guardada en un cajón durante años. Ahora podemos disfrutar de la obra de esta mujer adelantada a su tiempo.