La actriz lo ha desvelado en un amplio artículo que ella misma firma y que ha sido publicado en The New Yorker. Clarke atribuyó el aneurisma a la exposición pública que sufrió con la primera temporada de la ficción basada en la saga literaria de Geroge R. R. Martin. "Nunca he contado lo que me ha sucedido públicamente, pero ahora creo que es el momento. Estaba aterrada por la atención, me vi envuelta en un negocio que apenas entendía, por cumplir que la confianza que los creadores de la serie habían depositado en mí", escribe.
"Me sentí expuesta, en todos los sentidos", revela Clarke, explicando que, sabiendo que era mucha presión, decidió contratar a un entrenador personal para reducir la carga de estrés. De hecho, la actriz que interpreta a Daenerys Targaryen (Madre de Dragones), ha comentado que fue durante una de las sesiones con el coach, cuando empezó a sentir los síntomas del aneurisma. "Sentí como si una banda elástica me estuviera apretando el cerebro. Quise ignorar el dolor pero fue demasiado para mí, le pedí a mi entrenador tomarme un descanso", expone.
"Apenas llegué al vestuario, me caí de rodillas y comencé a devolver de forma muy violenta, mientras sentía que el dolor se agudizaba. Era consciente de lo que estaba ocurriendo: que algo le pasaba a mi cerebro. Me decía a mí misma que no estaba paralizada, intentaba mover las manos y los pies", detalla Clarke, comentando que fue una mujer la que le encontró en semejante estado y llamó a una ambulancia. "Nadie sabía que me sucedía, ni los médicos ni los enfermeros, nadie podía darme un medicamentos para aliviar el dolor. Fue cuando me hicieron una resonancia magnética cuando lo encontraron", dice la actriz.
Los médicos descubrieron que Clarke había sufrido un aneurisma, una dilatación en una de las arterias del cerebro que, en caso de romperse, puede provocar una hemorragia que desencadena en muerte. De hecho, la ruptura arterial provoca el fallecimiento en un tercio de los pacientes que son víctimas de un aneurisma.
"Para los pacientes que sobreviven, es necesario un tratamiento urgente para sellar el aneurisma, ya que existe un alto riesgo de una segunda hemorragia, que puede ser mortal. Si quería vivir y evitar horribles secuelas, tenía que operarme", remarca la actriz, explicando que, pese a la gravedad de la situación, sintió que "no tenía tiempo" debido a los compromisos que tenía con la popular serie.
Fue en el propio hospital, durante el proceso de recuperación, cuando a la actriz le descubrieron un segundo aneurisma, situado en el lado del cerebro. Debido a que era un tamaño mucho menor, no fue necesaria una segunda intervención quirúrgica en ese momento, aunque en 2013, mientras representaba 'Desayuno con diamantes' en Brodway, tuvo que someterse a una operación, debido a que la arteria del segundo aneurisma había duplicado su tamaño.
Pese a los problemas de salud sufridos, Clarke ha declarado sentirse "feliz" por haber llegado hasta el final de la aplaudida ficción. "Aunque me siente afortunada por estar en el desenlace de 'Juego de Tronos', hay algo que es más satisfactorio. Me siento, realmente, feliz de estar aquí, para ver cómo acaba esta historia y el inicio de lo que venga después, sea lo que sea", termina la intérprete.