El consumo de videojuegos en Cataluña ha crecido un 10% en los últimos tres años y el de música un 2%, mientras que la asistencia a espectáculos se ha reducido un 3% y se ha mantenido estable el consumo de libros, cine y conciertos, según ha puesto de relieve el estudio anual realizado por la Fundación de Audiencias de la Comunicación y la Cultura (Fundacc).
De este modo, el estudio señala que 1,4 millones de catalanes juegan a algún videojuego que, si bien es el consumo cultural menos extendido entre la población, también es el que ha experimentado un crecimiento más grande.
El consumo cultural en 2010, calculado en base a 30.000 encuestas que se realizan anualmente desde 2008, refleja que el 61% de los catalanes realiza algún tipo de consumo cultural en espacios públicos, y que el principal consumo es la música (89%), seguido por los libros (58%), el cine (35%), las exposiciones (30%), los conciertos (29%), los espectáculos (25%) y los videojuegos (22%).
A pesar de ello, el 5% de los catalanes se encuentra en situación de exclusión cultural, tras no consumir ningún tipo de propuesta cultural en 2010, un porcentaje que se ha reducido respecto al año anterior, y que corresponde principalmente a un perfil asociado con mujeres de más de 65 años, sin estudios, jubiladas y con el castellano como lengua habitual.
Si bien es cierto que el número de lectores se ha mantenido estable --crece un 0,5% desde 2008--, el estudio sí ha detectado un aumento en las frecuencias más altas de lecturas, creciendo el porcentaje de la población que lee cinco o más libros a lo largo de un año hasta el 22,8%, frente al 1,6% de 2008.
Este aumento en el número de libros leídos no se corresponde con mayores ventas, ya que ha caído un 10% el número de libros comprados mientras que crece un 22% el número de libros obtenidos en una biblioteca y un 6% el número de préstamos.
El 70% de los libros leídos están escritos en castellano y un 25% en catalán, y los datos muestran que los lectores consumen con más intensidad el resto de oferta cultural.
Por contra, el consumo de cine se ha caracterizado por un aumento de los espectadores esporádicos y un descenso de los grandes consumidores, puesto que tan solo un 5% de la población acude cinco o más veces al año a ver alguna película a las salas.
Asimismo, la Fundacc ha detectado un aumento del 13% en el número de personas que acuden a menudo a conciertos --sobre todo pop y rock--, si bien el consumo de espectáculos ha sufrido una caída del 3%.