Bono y compañía han querido obsequiar a sus paisanos con la posibilidad de ser los primeros en tener en sus manos sus nuevas creaciones, que salen al mercado europeo tres días más tarde, el 2 de marzo, y un día después en el resto del mundo.
A poco más de 24 horas del pistoletazo de salida, ya se han empezado a formar colas ante, al menos, una tienda de discos del centro de la capital irlandesa.
Jóvenes, y no tan jóvenes, montarán vigilias en improvisados campamentos de sillas de playa y sacos de dormir para hacerse con una copia del esperado álbum de Bono, The Edge, Larry Mullen Jr. y Adam Clayton, que, no obstante, ya puede descargase desde Internet.
Este es el caso de Vincent Kearns y Martin Shanahan, de 42 y 47 años, respectivamente, quienes, desde hace dos décadas, se encuentran puntualmente ante el mismo establecimiento, HMV en Grafton Street, cada vez que su admirado cuarteto pone a la venta un nuevo trabajo.
Para ambos, "no hay mejor sensación" que la de ser el primero en tocar un disco, un libro o una entrada para un concierto de U2.
Y, aunque dicen que se han encontrado con sus ídolos "miles" de veces, no están dispuestos a perder la oportunidad de verlos una vez más en caso de que visiten por sorpresa la tienda para firmar copias.
Un portavoz de HMV aseguró hoy que el "interés por este disco es increíble", y que ya han recibido un gran número de pedidos y reservas por anticipado.
"Recomendamos a los fans que vengan pronto para que tengan la oportunidad de llevarse una bolsa con sorpresas de U2", añadió el portavoz.
Casualmente -o quizás no-, a tiro de piedra de esta tienda, un grupo de manifestantes protestan hoy ante el Ministerio de Economía contra la decisión de U2 de trasladar algunos de sus negocios a Holanda, donde pueden mantener sus ahorros lejos del alcance del fisco irlandés. Críticas que se centran especialmente en Bono.
El acto está organizado por la Coalición de Desarrollo y Deuda de Irlanda (DDCI), que, como Bono "el activista", organiza campañas de concienciación sobre asuntos relacionados con el Tercer Mundo.
Este grupo, que cuenta en su seno con organizaciones del prestigio de Concern Worldwide, Trócaire, Oxfam y varias órdenes religiosas, mantiene desde hace tiempo cierta distancia con el líder de U2, al que consideran ineficaz y, hasta cierto punto, contraproducente.
La coordinadora de la coalición, Nessa Ní Chasaíde, afirmó hoy que Bono es culpable de abordar estas cuestiones con "un doble rasero", pues mientras U2 priva a las arcas del Estado de ingresos para el desarrollo, el artista pide públicamente a los países ricos que incrementen su ayuda humanitaria.
Poco a poco, esta opinión es compartida por más y más irlandeses, ya sea en la calle o en los medios de comunicación, cansados de la retórica vacía y profética de un artista, por otro lado, notable.
Sea como fuere, "No Line On The Horizon" es el primer trabajo de estudio de la banda en casi cinco años, desde la publicación de "How To Dismatle An Atomic Bomb" (2004), del que vendieron nueve millones de copias en todo el mundo.
Las nuevas grabaciones se pondrán a la venta en cinco formatos diferentes: un CD, un LP de vinilo y tres ediciones limitadas que incluyen el largometraje sobre la banda "Linear", del cineasta y fotógrafo Anton Corbijn.
Estaba previsto que los temas de este álbum, el duodécimo del grupo, viesen la luz el pasado año, pero se retrasó su publicación porque el grupo no estaba satisfecho con su resultado.
Ese perfeccionismo llevó el proceso de grabación durante los dos últimos años a los estudios de Fez (Marruecos) primero, las instalaciones de U2 en Dublín después y, finalmente, a los Platinum Sound Recording Studios de Nueva York y los Olympic Studios en Londres.
Lo único que no ha cambiado son las habituales colaboraciones con los productores Brian Eno y Danny Lanois, a los que se unió esta vez Steve Lillywhite.