La cantaora Carmen Linares y sus 40 años de carrera

  • La cantaora Carmen Linares lleva el flamenco a La Gran Manzana

Corren tiempos difíciles para el flamenco a este lado del mundo. El último golpe ha venido de la mano de los premios Grammy Latinos, que se entregarán el 14 de noviembre en Las Vegas (Estados Unidos) y en los cuales no estará el flamenco. La organización responsable, la Latin Recording Academy, ha eliminado esta categoría porque no se presentaron suficientes candidaturas.

Por eso, poder disfrutar de la reina del cante hondo en Nueva York es un privilegio y una señal de que todavía hay esperanza para unos pocos. La cantaora Carmen Linares ha aterrizado en La Gran Manzana para recoger el premio Master of Mediterranean Music concedido por la Universidad de Berklee. Un galardón, con el que, una vez más, hará historia, ya que es la primera mujer del flamenco que lo recibe.

Cantaora: 40 años de flamenco

La maestra del cante no podía regresar a su tierra sin antes presentar en esta ciudad su nuevo proyecto. "Nueva York está muy unida a mi carrera. Vine aquí muy joven haciendo una gira, cantando para el baile, y luego, posteriormente, cada disco que he hecho siempre lo que presentado aquí", cuenta Carmen a NIUS.

Esta vez, su nuevo espectáculo es un homenaje a su carrera profesional: Cantaora: 40 años de flamenco. "Es una celebración a mis 40 años como artista solista donde recojo lo que yo pienso que ha sido lo mas significativo en estos años. Tocaré cosas que he hecho a los poetas, tocaré el cante hondo, todo lo que yo he hecho. Y haré alguna cosa nueva, con artistas invitados".

Carmen ha arrancado fuerte y junto a ella hemos podido disfrutar de otro grande. Nada más y nada menos que el saxofonista Tim Ries, colaborador de los Rolling Stone durante varias giras. Tim ha sabido captar perfectamente la esencia del flamenco. "La música es universal, el flamenco es universal". Y así lo han demostrado en su actuación conjunta en Nueva York.

Una tarde con Carmen

De la mano de su hijo Miguel Espín, mánager de la cantaora, y acompañada también en la guitarra de su otro hijo Eduardo Espín, Carmen ha deleitado a un selecto e íntimo grupo de amantes del flamenco con su voz y su sensibilidad. Entre risas y recuerdos, ha desvelado el éxito de su carrera: "Siempre he intentado que mis letras se entendieran. Elegía las letras que me decían algo. He cuidado mucho el repertorio y cada disco que hacia que fuera otra cosa, que fuera diferente. A lo mejor tardaba cuatro 4 años en grabar, pero era algo diferente".

Y así lo hemos visto en varios vídeos que han hecho un repaso a su trayectoria profesional. La cantaora se ha encontrado con la Carmen de antaño, la que comenzó a conquistar escenarios siendo aún muy joven. "¿Qué consejo le daría ahora a la Carmen de entonces? Que hiciera las cosas como las ha hecho. Yo he tenido una carrera tranquila, de paso a paso, pero sin dormirme".

Ella, única

Carmen no es una flamenca al uso. Por sus venas no corre sangre gitana, nunca la hemos visto subir a un escenario con un vestido de flamenca y confiesa que en los años 70 escuchaba a los Beatles. Aún así lo logró. Hoy en día se le considera una de las maestras del cante. Nunca renunció a su familia por su carrera artística, tuvo tres hijos que le "dieron muchas cosas que una artista necesita para expresar. Empecé a cantar de otra manera tras tener hijos. Sentía de otra manera, pensaba de otra manera, y todo positivo".

Carmen, a sus 68 años, puede presumir de haber crecido con los mejores. Es contemporánea de artistas de la talla de Camarón, Enrique Morente, Paco de Lucía y José Mercé. Una generación que sentó lo que ella considera la base, los posos, de este arte para generaciones futuras. "Como decía Juan Ramón Jiménez, raíces que vuelen y alas que arraiguen. Hay una raíz común que tienes que tenerla muy presente y muy dentro de ti, pero luego como persona individual cada uno tiene la obligación de sumar y poner su personalidad. Esta generación traerá un flamenco diferente, porque el flamenco es un arte vivo".