El Instituto Cervantes cerró el ejercicio 2018 con un beneficio de 1,6 millones de euros, un 69% menos que en el ejercicio anterior, según las cuentas de la institución publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En mitad de ese ejercicio se produjo el relevo en la dirección: en julio, Juan Manuel Bonet cedió el testigo al poeta Luis García Montero, que sigue al frente en la actualidad.
De los 114,2 millones de euros que ingresó el Cervantes en 2018, el 53 % (más de 66 millones de euros) procedía de transferencias de la Administración General del Estado.
El resto proviene de servicios como los cursos de español que ofrecen cerca de 80 centros del instituto -adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores- repartidos por todo el mundo.
Según reflejan las cuentas hechas públicas por el BOE, el Cervantes ingresó en 2018 un total de 6,3 millones de euros gracias a las pruebas para conseguir la nacionalidad española por residencia. El organismo que dirige García Montero realiza dos exámenes, con un coste total de 85 euros por matrícula: uno que concede un diploma de español y otro que pone a prueba los conocimientos de los aspirantes sobre la Constitución y sobre nuestros usos y costumbres.
En cuanto a los gastos del Cervantes -107,8 millones de euros-, más de la mitad, 55,1 millones, fueron destinados a pago de nóminas. En los más de 80 centros dispersos por el mundo, el Cervantes tiene trabajando a 733 personas. En la sede central de Madrid, a 952.