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La historia de ‘Good Omens’ arranca cuando el demonio Crowley con la ayuda de una orden de monjas satánicas tiene que entregar al hijo del Diablo a una familia y acaba dándole al Anticristo a otra completamente diferente. Curiosa coincidencia que ahora una organización cristiana recoja firmas para pedir la retirada de la serie y se lo pida a Netflix cuando la productora responsable es Amazon Prime.
Las dos plataformas de vídeo bajo demanda se han tomado la confusión con humor y han contestado a la petición con humor. Desde la cuenta de Twitter de Netflix para el Reino Unido e irlanda han respondido a la noticia diciendo que no lo volverán a hacer más.
Amazon Prime también se ha sumado al juego y dicen que si Netflix cancela 'Good Omens' ellos están dispuestos a cancelar 'Stranger Things'
‘Good Omens’ es la adaptación televisiva de la novela titulada en España ‘Buenos presagios’ escrita al alimón por Terry Prattchet y Neil Gaiman en los años 80 y publicada en 1990. La obra trata en tono de humor, muy británico, un apocalipsis que el ángel Aziraphale y el demonio Crowley se empeñan en evitar. Está cargada de sátira e ironía sobre la sociedad inglesa y la religión cristiana y su adaptación a la pequeña pantalla se ha convertido una de las sorpresas de la temporada.
El proyecto fue aprobado cuando Terry Prattchet ya estaba muy enfermo del cáncer de colon que acabó matándole pero antes de morir le pidió a Gaiman que se hiciera cargo de la serie y su amigo, y coautor de la obra, se lo tomó como algo personal. Gaiman ha escrito los guiones, ha sido el showrunner de la serie y ha dedicado cuatro años de su vida al proyecto. El propio Gaiman se hecho también eco de la petición de cancelación en sus redes sociales.
La asociación cristiana 'Return to Order' que exige la retirada de los seis capítulos que componen la adaptación se quejan de que en la obra se ofende al cristianismo porque la voz de Dios es una mujer, en concreto la de la actriz Frances McDorman o que el Anticristo es representado como un niño normal y corriente y no como un ser maligno.
No hay quejas, sin embargo, que se conozcan de las afirmaciones en tono de burla que hacen los autores como que el mundo se creó, exactamente, hace 6.000 años y que lo de los fósiles de los dinosaurios fue una broma que los paleontólogos aún no han llegado a pillar.