Murió el pintor y poeta uruguayo Carmelo Arden Quin

AGENCIA EFE 28/09/2010 01:54

Nacido el 16 de mayo de 1913 en la ciudad de Rivera, Carmelo Arden Quin, fue uno de los fundadores del Movimiento MADI, surgido en Buenos Aires a finales de la primera mitad del siglo XX y defensor de la invención por encima del valor de toda representación.

Una corriente artística a la que el Museo Reina Sofía de Madrid rindió homenaje en 1997 con una exposición que la reveló las actividades del grupo en España prácticamente por primera vez.

Defensor en su arte de las formas planas y los colores primarios, Arden Quin expuso sus creaciones en la materia por primera vez en 1936, en el marco de una exposición colectiva organizada a beneficio de los intelectuales españoles antifranquistas.

Reconocido mentor del colectivo fue el artista plástico y teórico del arte uruguayo-catalán Joaquín Torres García (1874-1949), fundador del universalismo constructivo, a quien Arden Quin conoció hacia 1935 y consideró siempre su maestro.

Interesado por la filosofía y la literatura, Arden Quin presentó en agosto de 1946, junto con otros artistas como Kosice, Rothfuss, Martín Blaszko, Diyi Laañ, Elizabeth Steiner, Eitler y Valdo W. Longo la primera exposición MADI y el Manifiesto del Movimiento.

Un documento que subrayaba cómo la abstracción "esencialmente expresiva" ocupa su lugar cuando en los países llegados "a una etapa superior de desarrollo industrial, el viejo estado de cosas del realismo burgués" desaparece casi por completo.

Justamente cuando "la representación plástica de la naturaleza se bate en retirada y se defiende débilmente",.

Al resumir el "arte antes de MADI", sus fundadores lo encontraban como "Un historicismo escolástico, idealista; Una concepción irracional; Una técnica académica; Una composición unilateral, estática e incoherente; Una obra carente de hallazgo y esencialidad".

Por lo que alzados contra todo ello lanzaron ese Movimiento artístico para "inventar y crear", concretar el movimiento y sistematizarlo, con el objetivo, explicaron, de que "el objeto nazca y delire rodeado de un resplandor imperecedero".

Subrayaban ante todo que la obra Madí "no expresa", ni representa, ni significa, simplemente "es", sea dibujo, pintura, escultura, arquitectura, música, poesía, teatro, Novela, cuento, o danza.