Lola Herrera: "Parece que las personas mayores sobramos, pero los turistas no"

Lola Herrera

Lola Herrera va a cumplir 90 años de la misma forma que ha pasado los últimos 70, sobre las tablas. Estrena en el Teatro Bellas Artes de Madrid ‘El camino a La Meca’ junto a su hija, Natalia Dicenta, una obra que narra la historia de la escultora sudafricana Helen Martins, una mujer que desafió las normas de su tiempo para encontrar la libertad a través del arte. Un personaje a la medida de una de las grandes leyendas del teatro español, que no parece muy feliz con la deriva de este mundo "loco y deshumanizado".

La actriz ha denunciado en 'La hora extra' de la Cadena SER lo complicado que es para mucha gente abrirse camino en la actualidad, especialmente para "los viejos". "Es muy complicado para todo el mundo, pero para la gente mayor es que no existe, prácticamente, han dejado de existir para los demás", lamenta Herrera, que además percibe una intención arrinconar a los más veteranos de la sociedad, hasta hacerles desaparecer.

"Todo se ha dado la vuelta del revés"

"A ver si se van pronto y dejan sitio, somos muchos, pero no echan a los turistas, por ejemplo, que son muchos, porque esos dejan un dinero", reflexionaba la intérprete, que asegura no entender un mundo en el que la gente se queja de que los mayores tengan derecho a cobrar una jubilación, después de haber trabajado durante toda su vida. "A mí, que nací en 1935 y he vivido la dictadura y luego la esperanza de la democracia, ver, a mi edad, cómo todo se ha dado la vuelta del revés, y cómo la extrema derecha está sacando la cabeza de esta manera, me tiene descompuesta", reconoce en un entrevista publicada en 'El País'.

En esa entrevista, la actriz admite que ha gastado "mucho tiempo y dinero" en tratamientos de belleza a lo largo de su vida para "alargar ese periodo en que tienes que parecer más joven", pero llega un momento en que "hagas lo que hagas, no tiene solución. Salvo que te metas cosas o te hagas operaciones de esas tremendas que te hacen parece otra. Y yo no quiero ser otra, quiero ser yo. Entonces, para ser yo, tengo que aceptar mis arrugas, mi desmejora, mis ojeras, mis destrozos".

El placer de trabajar con una hija

Respecto a lo que supone trabajar mano a mano con su hija en el escenario, algo que ya han hecho en anteriores ocasiones, Herrera se deshace en elogios hacia ella. Tiene muchísimo talento. Entonces, a mí, encontrarme con Natalia Dicenta, no con mi hija, en un escenario, es importante porque es una buenísima actriz. En el escenario no somos madre e hija, somos dos colegas, dos amigas, y eso está bien y es muy sano", reflexiona la intérprete.

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