Es increíble que hayan pasado ya cinco años del comienzo de aquella pesadilla que vivimos a nivel mundial. Cinco años de un confinamiento y una pandemia en la que nos dimos cuenta de lo verdaderamente importante: la vida, la salud, los trabajadores esenciales, aquellos y aquellas que se encargaban de que lo vital, como los servicios de limpieza o la cadena alimentaria, no parase.

Y, sobre todo, la importancia de nuestra sanidad pública, el gran escudo que salvó miles de vidas y que es taaaaan necesario no olvidar nunca. Ellos, los imprescindibles, que siguen sin tener los recursos adecuados en la mayoría de las ocasiones después de cinco años. No olvidemos la sanidad pública nunca. Empujemos siempre para ponerla en valor, poner en valor a sanitarios y sanitarias que siguen luchando día a día y exigir una financiación adecuada para que puedan seguir ejerciendo su trabajo en las mejores condiciones. GRACIAS SIEMPRE.