La España de los 60 y los 70 era la que reflejaban las historietas de Bruguera. La que dibujaban Vázquez, Escobar, Jan y, por supuesto, Francisco Ibáñez, el padre de Mortadelo y Filemón, Pepe Gotera y Otilio, el botones Sacarino, Rompetechos y tantos clásicos de los kioscos, fieles compañeros de merienda al salir del colegio de varias generaciones de chavales. Con motivo del primer Día Oficial de Ibáñez, que se celebra este 15 de marzo -coincidiendo con la fecha de nacimiento del autor-, se inaugura un impresionante mural de una de sus obras más queridas, '13, Rue del Percebe', cubriendo la fachada de un edificio en el barrio madrileño de Carabanchel.
La primera viñeta de la serie, la elegida para ilustrar el mural erigido en un edificio de la calle General Ricardos, 46, se publicó el 6 de marzo de 1961. "Parecía la elección obvia, qué mejor que abrir el libro por la primera pagina", nos cuenta Nuria Ibáñez, la hija del maestro, sobre cómo se decidió. La idea del mural surgió por parte de su casa editorial, Penguin Random House, como una "forma de celebrar y recordar el legado de mi padre de una forma permanente y que llegara a todo el público". Y decantarse por un barrio obrero como Carabanchel también estaba en sintonía con el espíritu popular de la obra de Ibáñez.
Aunque 'Mortadelo y Filemón' es la serie más popular, vendida y recordada del cómic español, probablemente '13, Rue del Percebe' sea la gran obra maestra de Ibáñez, fallecido en 2023. Su entonces innovadora estructura, con una plantilla fija de viñetas sobre un edificio de viviendas del que había desaparecido la fachada para dejarnos ver lo que ocurría en su interior (que era mucho), le permitía crear al autor una disparatada galería de personajes -el tendero estafador, el artista moroso, la vieja de los gatos, el ladrón compulsivo, el científico loco- que representaban la pillería, miseria y hacinamiento de la España de la época, en realidad de cualquier época.
¿Cuánto queda del 13 rue en la España de hoy? "Queda muchísimo. Sigue tan actual ahora como hace 60 años. Todos nos podemos identificar con alguna parte de esos vecinos, y todos reconocemos a algún vecino de nuestra escalera en alguna viñeta. Pero no solo en España, también en Italia, Francia o Finlandia. Hay situaciones que hemos vivido todos", nos responde Nuria.
Ibáñez exprimió todo su genio humorístico y sintético escribiendo y dibujando la serie durante casi 400 entregas hasta enero de 1970, cuando lo dejó, probablemente agotado por un formato que le exigía demasiado trabajo ( hasta 12 chistes por página e innumerables detalles) y que por su idiosincrasia no le permitía muchas variaciones. Eso sí, volvió en 2002 para una página especial incluida en un recopilatorio de 'Súper Humor' que demostraba su absoluta vigencia.
El graffitti, pintado por los artistas NSN997 y Kerudekolorz en poco más de una semana a pesar de las inclemencias meteorológicas, le hace justicia a la obra de Ibáñez. "Es exactamente igual que en el comic. Había diferentes opciones y la que más encajaba en el estilo y que pudiera acercarse lo más posible al original fue la que se escogió", nos cuenta la hija del artista. "El ser una obra permanente marca un antes y un después en todo lo que se ha hecho en cuanto a homenajes a mi padre, porque perdurará y lo podremos ver siempre", añade.
Para redondear el homenaje, este sábado 15 de marzo se habilitará un espacio frente al mural con actividades como pintacaras, coloreables, pegatinas y calcomanías de forma que "los niños podrán crear su propia 13 rue, hacer el guion y dejar volar su imaginación". Porque es importante que el legado de Ibáñez no se pierda, que se siga transmitiendo a las próximas generaciones. "No hacerlo es perderse una parte de nuestra propia historia y de la del cómic, que no tenemos que dejar en el cuarto trastero sino difundirla, porque seguro que van a pasárselo bien y les va a enganchar", explica Nuria Ibáñez.
¿Queda algo más de Ibáñez en los archivos que no hayamos leído aún? "Buscaremos en los cajones. Tenemos la gran suerte de tener una obra inmensa que publicar y reeditar. Mucha está olvidada o es muy difícil de encontrar. Nuestra tarea es volver a poner esos libros en las estanterías y que se puedan volver a comprar. Con eso tenemos trabajo para muchísimos años", finaliza.